<p>“Estudian mucho, pero no actúan contra este auge especulativo”. Sostuvo el senador Carl Levin (demócrata, Michigan), ante funcionarios de la comisión de futuros sobre productos primarios, CFTC en inglés. “A menos que hagan algo, ni siquiera servirán como supervisores”.</p><p>Esta misma semana, su colega Joseph Lieberman (independiente, Connecticut) reveló que trabaja en una propuesta para prohibir a grandes inversores institucionales –empezando por fondos jubilatorios- operar en los mercados de materias primas, por sí o mediante fondo de cobertura (derivados). Casi al mismo tiempo, George W.Bush apoyaba otra propuesta senatorial: crear una fuerza federal de tareas para investigar la especulación con productos primarios o su manipulación. Por lo menos cuatro audiencias parlamentarias han explorado públicamente estos asuntos en dos meses y Lieberman anuncia una quinta para el martes 24.</p><p>Si bien es común atacar a los especuladores en tiempos turbulentos, la creciente hostilidad actual desvela a los mercados. Algunos llegan al extremo de afirmar que “sin especuladores, no habría actividad”, supuso un experto de la CFTC.”¿Y qué?, replicó Levin. Ese mismo funcionario señaló que “la existencia de gente dispuesta a arriesgar capital en pos de ganancias altas y rápidas es clave de un mercado sano”. Primero, oponía Lieberman, “la especulación no es tan sana. Segundo, los operadores arriesgan dinero ajeno”. De todas maneras, eventuales restricciones de acceso al mercado pueden presionar junto con la creciente demanda mundial de alimentos y combustibles.</p><p>Aun en Washington, se coincide en que la responsabilidad no reside en un solo factor. Por ejemplo, China e India perturban la demanda internacional, en tanto desastres climáticos y substitutos interfieren en el abastecimiento norteamericano. Por otro lado, las materias primas se tarifan en dólares y tienden a subir por debilidad de esa moneda, por lo cual esos rubros atraen a inversores temerosos de la inflación.</p><p> </p>
<p>Pero, subrayan en la CFTC, “bajo esos factores exógenos está la lógica del mercado: por cada operador que compra crudos sobre US$ 130 el barril, hay otro que acepta vender a ese nivel. En general, uno de ellos especula”. En el segmento a término, derivados inclusive, ambos lo hacen.</p>
<p>En verdad, “especulador” es quien opera en futuros de rubros primarios. A diferencia de productores, refinerías y otros sectores, los especuladores –como sus colegas bursátiles- sólo tratan de aprovechar las oscilaciones de precios. Esto no es saludable, sostienen muchos políticos.</p>
<p>La clave quizás esté en otro punto: la manipulación de mercados. En esta coyuntura de valores disparados, algunos analistas sospechan que la especulación –un hecho lícito- va haciéndose sinónima de manipulación. Vale decir, especulaciones secretas o en connivencia para obtener ganancias ilícitas.</p>
<p>Se explica, entonces, que Walter Lukken (presidente de la CFTC), diga que la entidad está resuelta a asegurar los precios de materias primas “sean fijados por el juego de oferta y demanda. No por prácticas abusivas y manipulaciones”.</p>
<p>Lo que desvela a algunos gobiernos es un derivado financiero llamado “contrato a término”. Se trata de un acuerdo para entrega de un activo –por un volumen específico- a cierto precio en cierto plazo. Los valores de esos contratos son referencias para cotizar productos primarios en todo el mundo. En esencia, los especuladores con los únicos participes voluntarios del juego a futuro.</p>
<p>En los últimos cinco años, billones de dólares ha afluido a los mercados de productos primarios. Tanto de instituciones establecidas –bancas de inversión, fondos de cobertura, fondo jubilatorios, etc.- como de novedosos fondos que operan con índices, no ya con activos tangibles. Este segmento está inflando precios, pues sólo compran y, por ende, inducen el aumento artificial de precios.</p>
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