<p>Con cierta cautela, China ya está modificando el equilibrio en la mitad del globo. Tras aclarar que casi no hay ni habrá sector privado en el gigante asiático, en Hongkong y Singapur –sede de un reciente simposio al respecto- se señala que varias compañías y bancos estatales pujan en materia de inversiones y participaciones en el exterior. Debido a señales de volatilidad, Beijing soslaya ahora África y encara Latinoamérica. <br />
<br />
Ahora bien ¿China produce ya efectos socioeconómicos en esta región? Por supuesto, la gira del presidente Hun Jintao por Sudamérica, en 2005, generó acercamientos que se prolongaron tres, cuatro años. Claro, la crisis sistémica en economías centrales y sus repercusiones en las emergentes tienen efectos adversos. <br />
<br />
En esencia, el menor crecimiento del producto bruto chino en 2009 (7 a 8% contra 12% en 2008) hará que el país importe menos productos primarios y semiprimarios. Para Latinoamérica, el consiguiente reajuste será dificultoso debido a las escasas posibilidades de colocarlos en EE.UU. o la Unión Europea. Ambas áreas tienden ser más proteccionistas.<br />
<br />
Según algunos observadores, el mundo desarrollado se refiere a China, India o Brasil como “mercados emergentes” pero ¿son comparables? En verdad, las diferencias son enormes. Los tres se han tornado en potencias económicas. China es el segundo producto bruto interno –tercero si se incluye la Eurozona-, acumula el mayor superávit en cuenta corriente y reservas libres por casi US$ 2 billones a fines de mayo. Desde 1978 hasta el año pasado, el país se expandía a razón de 10% anual promedio.<br />
<br />
Por el contrario, Latinoamérica ha crecido en forma más lenta y desigual, por lo que es mucho menos competitiva. Aparte, depende demasiado de exportaciones primarias o de escaso valor agregado, cuyos precios los fija un mercado internacional donde los gobiernos locales no tienen influencia. Por ende, sus fluctuaciones les dificultan planear políticas de ingresos externos y cambios.<br />
<br />
Sin embargo, China y la región comparten algunas ideas. Ambas creen en los nexos sur-sur, aunque Beijing esté en el hemisferio norte. Más específicamente, China y Brasil tienen posturas comunes en asuntos como negociaciones comerciales, subsidios agrícolas de los países desarrollados y escepticismo sobre la utilidad de la Organización Mundial de Comercio. <br />
<br />
También hay posturas similares en el Grupo de los 20. Brasil, India, China, Argentina, México y otros países sostienen que los países en desarrollo deben participar más en el manejo de la economía mundial, máxime hoy, cuando la globalización se reduce a flujos comerciales y financieros.</p>
<p> </p>
China y Latinoamérica, con cautela y entusiasmo
Mientras algunos analistas conservadores ven a Beijing remiso a invertir, una petrolera estatal sopesa asociarse a YPF en Argentina. Esto planteo otro tema: ¿habrá espacio para la Unión Europea en la región? Algunos dudan.