<p>Y existe una posibilidad de que la vacuna misma pueda provocar efectos secundarios; por ejemplo, uno en cien mil de las personas que en 1976 (recordemos que la actual es simplemente un subtipo nuevo de una enfermedad ya conocida) recibieron la vacuna para la gripe porcina desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré, un problema de los nervios. <br />
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Los funcionarios de salud se pusieron más vigilantes desde entonces. En 1999, por ejemplo, los médicos informaron casos de un problema intestinal en algunos infantes que habían recibido una nueva vacuna contra el rotavirus. Cuando se estableció la conexión, retiraron la vacuna.</p>
<p>Seis años más tarde hubo más casos de Guillain-Barré en pacientes que habían recibido una nueva vacuna contra el meningococo. Esta vez, encontraron que la asociación era rara y la FDA autorizó que la vacuna siguiera en el mercado. <br />
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La necesidad de un buen monitoreo es más importante que nunca en esta era tan reacia a correr riesgos, donde una conexión no comprobada con algunos casos de autismo terminó aniquilando la confianza en la vacuna infantil. Es igualmente importante que los funcionarios comuniquen la diferencia entre correlación y causa. <br />
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Es estadísticamente inevitable que algunos de los millones de personas que se vacune este próximo otoño contraiga la enfermedad o muera. Y hay también un alto riesgo de que la vacuna sea acusada de algunos problemas de salud coincidentes. <br />
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Todo esto debe ser explicado claramente por alguien.</p>
<p>Eric Toner, especialista en medicina de emergencias y socio del centro de bioseguridad del Centro Médico de la Universidad de Pittsburg dice, con referencia a la propagación del virus en los aviones de línea que la más eficaz medida de protección es educar a la gente para que tome conciencia de la necesidad de lavarse las manos con frecuencia, de toser dentro de un pañuelo.<br />
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La nueva gripe H1N1 ha se ha transmitido de un pasajero a otro en una aerolínea comercial, y es probable muchos otros incidentes ocurran durante los repetidas apariciones del virus que se anticipan con cada nuevo invierno. La industria aeronáutica ha intentado tranquilizar a los pasajeros afirmando que los viajes siguen siendo seguros, pero hasta ahora han hecho bien poco en cuanto a limitar el número de transmisiones. <br />
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Es evidente que no es práctico hacer pasar a todos los pasajeros por el escáner para ver si alojan o no la infección antes de abordar el avión. Un método mejor es educar al público en la manera correcta de lavarse las manos, en la necesidad de hacerlo frecuentemente y también en la forma de toser o estornudar para no ser una amenaza para la gente que comparte el mismo avión. Junto con la rutina del procedimiento para caso de despresurización, entonces, podría incluirse la “etiqueta sanitaria”. <br />
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Hay estudios que muestran que la gente se toca la nariz y la boca hasta 200 veces por día, de modo que una buena higiene de manos puede reducir a la mitad la transmisión de enfermedades infecciosas en lugares públicos. Un estudio reciente demostró que el agua y jabón o un gel que contenga por lo menos 60% de alcohol es altamente eficaz para reducir el virus de la influencia AS en las manos humanas.</p>
<p><em>Y luego vendrá la polémica de la vacuna</em><br />
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Arthur Allen, autor de “<em>Vaccine: The Controversial Story of Medicine’s Greatest Lifesaver</em>” afirmaba esta semana que pronto nos veremos envueltos en las complicaciones de la vacuna para la nueva gripe.<br />
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Cuenta en una columna publicada en el New York Times que hace unos años funcionarios del ministerio de Salud de Estados Unidos firmaron contratos con varios granjeros mediante los cuales hasta determinado año las gallinas podían seguir poniendo huevos para cumplir con los pedidos de los clientes, pero a partir de abril 2008 el gobierno federal requisaría sus huevos para cultivar la vacuna contra la gripe. <br />
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Para mediados de octubre se calcula que Estados Unidos puede tener listas hasta 80 millones de dosis para un programa masivo de inmunización. <br />
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Pero si hay un eslabón débil en esta cadena de preparativos, es la apatía de la burocracia federal para explicar al público los riesgos del programa de vacunación. Hay una posibilidad, por ejemplo, que la H1N1 arrase las ciudades antes de que la vacuna esté lista, causando graves enfermedades y muchas muertes. Paralelamente, también puede ocurrir que la H1N1 se vuelva inofensiva.) <br />
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