<p><em>Americus Reed </em>(marketing) ha hecho investigaciones sobre el conflicto entre las diversas identidades virtuales de un individuo. Por ejemplo, cuando el papel profesional choca con otros pues, al mezclarse, uno puede meterse en situaciones embarazosas. También surgen roces en compañías cuyos ejecutivos restringen <em>Facebook</em> porque distraen al personal o generan comentarios poco gratos para el negocio o la marca. Simultáneamente, anota Matwyshyn, algunas empresas piden a los empleados mantener <em>blogs</em> o usar <em>Twitter</em> como forma de marketing indirecto.</p>
<p><strong>Posturas generacionales </strong></p>
<p>Los expertos en comunicación tienen bastante que aprender observando si el personal entra en redes sociales, cuándo o cómo. Por cierto, los empleados que hablan de temas laborales en <em>Facebook </em>pueden considerarse como exponiendo la marca. Eso puede ser bueno o malo. <br />
<br />
Entonces, la cuestión depende de qué sale a luz y cómo afecta a la compañía o la marca. <br />
Para Mónica McGrath, otra profesora de <em>management</em> en <em>Wharton</em>, muchos malentendidos son generacionales. Los empleados y gerentes más viejos pueden tener página en <em>Facebook</em>, pero no les resulta esencial. A la inversa, los jóvenes recurren asiduamente a ese canal, <em>Twitter </em>y otros medios sociales en Internet. “Al presente, hay tensiones entre ambas posturas etarias” subraya McGrath.<br />
<br />
En tanto la etiqueta en red se halle en flujo, irán desarrollándose normas más o menos flexibles. Por lo común, los cambios de ese tipo en las organizaciones resultan de combinar políticas oficiales y las que surgen de las bases. La clave es el acceso. Los jóvenes lo quieren alto y, en empresas multinacionales, esto implica que los husos horarios fomenten disponibilidad continua. A su vez, ello influye en las líneas generacionales. <br />
</p>
<p>Para empezar ¿es prudente aceptar mensajes de colegas o jefes fuera del horario laboral? Más importante es, en una época cuando la gente parece disponible día y noche vía celulares, preguntarse si existen intervalos de libertad o descanso. <br />
<br />
Mientras el acceso a <em>Faceboook, Twitter </em>o <em>Blackberry</em> 24 horas diluyen la diferencia entre vida profesional y privada, ejecutivos y empleados tratan de establecer nuevas normas de etiqueta social para guiarse en el laberinto de tecnologías comunicacionales. Al respecto, expertos de la escuela de negocios Wharton (universidad de Pennsylvania) señalan que el proceso de crear reglas para una red en perpetua expansión recién empieza. Es sí, será tarea de individuos u organizaciones, no de consejeros sociales. <br />
<br />
Las diferencias generacionales también serán un factor para entender cómo y cuándo resulta apropiado contactar jefes, colegas, subalternos o clientes a horas desusadas. Así cree Nancy Rothbart (management), quien plantea “qué pasa si el gerente se hace amigo del empleado vía Facebook? Es un dilema, pues ¿cómo no aceptar esa relación?”. De acuerdo con ella, “la tecnología erosiona las límites entre hogar y oficina, algo que puede ser una espada de doble filo para las empresas. “Por un lado, promueve flexibilidad y efectividad. Pero, a largo plazo, lleve a conflictos entre diversos papeles e una misma persona y dificulta desempeñar plenamente cualquiera de ellos”.<br />
<br />
</p>
<p>Por ejemplo, un <em>Blackberry </em>permite al padre asistir a un partido donde juega el hijo, sin perder contacto con colegas en la oficina para casos de emergencia. Pero esto implica cruzar dos líneas sociales. En igual plano, la explosión de <em>Facebook</em> lo torna campo de pruebas en la puja por determinar cuáles son los comportamientos adecuados en las redes sociales. <br /><br />Al principio, muchos hombres de negocios trataban de usar <em>LinkedIn</em> para contactos y reservaban <em>Facebook</em> para el ámbito privado. Gradualmente, empero, profesionales colegas, clientes y supervisores han ido convirtiéndose en amistades. Así, otro profesor de <em>Wharton</em>, Andrew Matwyshin, trató de mantener privada su página en <em>Facebook</em>, pero debió “colectivizarla” porque colegas del exterior la usaban para armar conferencias. La masa de amigos profesionales, colegas y contactos presionaba por espacio en su red social.</p><p><strong>Múltiples papeles</strong></p><p>Entre la mayoría que usa <em>Facebook</em> y otros sitios, señala Patricia Williams, “existe conciencia de los múltiples papeles que desempeñan. Uno hace a los amigos, otro a la familia y un tercero a la profesión o a trabajo”. Mucha gente no es capaz de asumir esa realidad virtual.<br /><br />Williams apunta: “he oído decir a menudo que <em>Facebook</em> es para lo personal y <em>LindedIn</em> para lo profesional o laboral. Pero muchos amigos míos son colegas y eso no es problema para mí. No obstante, no me siento cómoda si esas amistades incluyen alumnos míos, pues les da un grado de acceso anómalamente alto”. <br /><br />Al mismo tiempo, esos estudiantes, particularmente los aún no graduados, no han desarrollado un sentido de identidad profesional. Por consiguiente, son poco cautos al proyectar sus imágenes en redes sociales.<br /><br /> </p>