<p>El episodio inicial data de enero de 2004. Por entonces, el funcionario encabezaba la división de fraudes médicos en la fiscalía general de Boston. Pfizer presionaba para que se recetase un compuesto (Neurontin), destinado a la epilepsia, pero en aplicaciones no aprobadas por la FDA . <br />
Finalmente, por un acuerdo entre las partes, Warner-Lambert (unidad del gigante) se declaró culpable en dos cargos. Por ende, el grupo debió abonar US$ 430 millones en multas penales y civiles, además de prometer no incurrir en esos delitos.<br />
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Pero, como luego descubrió Loucks, pronto los ejecutivos de la compañía volvieron a transgredir la ley y aquel compromiso. Ello sucedió el 2 de septiembre último. Otra división del mismo grupo, Pharmacia&Upjohn, cometió el mismo delito. Esta vez, sus ejecutivos ordenaron a más de cien vendedores (visitadores médicos, en realidad) promover Bextra, especialidad destinada a artritis y dolores menstruales, como analgésico general.<br />
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La nueva infracción le cuesta a Pfizer una multa penal récord en Estados Unidos, US$ 1.190 millones, más mil millones en demandas civiles. O sea, un paquete sin precedentes de US$ 2.190 millones, duro golpe para la imagen y las cuentas de la compañía. El caso involucra al gobierno federal y 49 estados de la Unión.<br />
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Pfizer infringía leyes federales en EE.UU.
La mayor farmoquímica del mundo promovía especialidades para usos no aprobados por la agencia de alimentos y drogas (FDA). No es la primera vez, observa el fiscal Michael Loucks, examinando un caso que le costará US$ 2.190 millones a la empresa.