<p>La continua baja de precios inmobiliarios –atenuada recién este año-y la carga de incobrables, por sí solos, determinaron hasta 2008 quebrantos por US$ 565.000 millones. Así estima el informe anual sobre estabilidad financiera global, difundido este martes en Washington. El otro monto incluye títulos y obligaciones comerciales ligados a bienes raíces, amén de préstamos a deudores insolventes, tanto individuos como sociedades. Vale decir, activos tóxicos.<br />
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El trabajo del Fondo señala que lo peor del apriete crediticio pasó, pero ahora aparece la crisis europea. Hasta diciembre, en efecto, bancos y firmas de valores occidentales habían depreciado o liquidado activos por US$ 750.000 millones. A raíz de eso, las instancias reguladoras presionarán para que el sector privado busque capitales frescos, con el objeto de frenar el deterioro de balances y del crecimiento. Tanto en Estados Unidos como en la Eurozona.<br />
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“Las nuevas turbulencias son algo más que problemas de liquidez. Por el contrario –apunta el documento-, reflejan profundas fragilidades contables y débiles bases de capital. Entonces, sus efectos pueden ser aun más amplios, hondos y recurrentes, por lo cual comportan riesgos de continuar durante un lapso considerable”. Similar postura exhibe el comité de Basilea en relación con las actuales pruebas de resistencia sobre 90 bancos privados.<br />
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Todavía bajo Rodrigo Rato, hace justo dos años, el Fondo suponía que la crisis sistémica tendría consecuencias acotadas. Ello se debía a “falta de comprensión sobre riesgos involucrados en ciertos instrumentos financieros, por ejemplo los derivados”.<br />
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Con Dominique Strauss-Kahn en el timón, se acabaron los eufemismos típicos de la alta burocracia fondista. Por ende, las proyecciones del FMI superan a las de bancas y analistas privados. Por ejemplo, los US$ 600.000 millones que presumía, en 2009, Union des Banques Suisses. “Los gobiernos debieran preparar planes contingentes –sostiene el trabajo- para afrontar grandes masas de activos deteriorados, si las depreciaciones conducen a una dinámica rupturista en la economía real”. <br />
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En el pasado, el organismo “no ha señalado con bastante énfasis una serie de peligros asociados al colapso de malas hipotecas y sus efectos en el sistema financiero”, admitía Strauss-Kahn, en clara alusión a su desangelado antecesor. Por cierto, en abril de 2007, el FMI todavía afirmaba: “no existen serias amenazas de tipo sistémico. La titulización de hipotecas secundarias no implicará pérdidas relevantes”. Lo único positivo es otro fenómeno imprevisto: el desacople de mercados asiáticos y latinoamericanos respecto de las crisis en economías centrales.</p>
{Crisis y recesión} EE.UU: US$ 2 billones costó la crisis según estima el FMI
Según estadísticas del Fondo Monetario Internacional, revisadas en junio, las pérdidas causadas en Estados Unidos alcanzaron el par de billones hasta fin de 2009. Como sucede hoy en la Unión Europea, fue un fracaso colectivo, sostiene Jefffrey Sachs.