viernes, 27 de diciembre de 2024

¿Adónde se han ido quienes hundieron Lehman Brothers?

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Todos, desde el “gorila” Richard Fuld (ex director ejecutivo de Lehman Brothers) hasta Erin Callan, su entonces directora operativa, y Joseph Gregory, el ex vice, encontraron ocupación o la buscan. Por cierto, dos de ellos no han cambiado de oficio ni de estilo.

<p>Tan proclive a la agresividad y al exceso de trabajo como en los buenos tiempos, Fuld abri&oacute; una &ldquo;boutique&rdquo; de consultor&iacute;a financiera cerca de donde operaba LB en Manhattan desde 1850. En efecto, este caracterizado protagonista del crac hipotecario de 2006/07 y la crisis subsiguiente (2008/09) maneja la flamante Matrix Advisors.</p>
<p>En realidad, no esper&oacute; mucho entre el colapso de la banca inversora, en septiembre de 2008, y abril de 2009, cuando estren&oacute; su negocito en la tercera avenida. A los 64 a&ntilde;os, sostiene que no puede jubilarse y necesita plata, por tanto tom&oacute; algunos j&oacute;venes ex LB. Arguye dos motivos: su fortuna estaba en acciones de la difunta firma y debe pagar a los abogados que lo defienden en dos docenas de demandas.</p>
<p>Entre ellas, las radicadas en el fuero civil comercial por la Securities &amp; Exchange Commission (SEC, comisi&oacute;n federal de valores) y, en el fuero penal, por autoridades financieras nacionales y locales. Pero el &ldquo;gorila&rdquo; no puede con su genio e intenta calafatear su imagen en Wall Street. &iquest;C&oacute;mo? Ayudando a empresas peque&ntilde;as y medianas a expandir actividades.</p>
<p>No es que Fuld haya cambiado mucho. Durante una deposici&oacute;n ante un comit&eacute; parlamentario, hace pocos d&iacute;as, insist&iacute;a en una caza de brujas. &ldquo;Lehman Brothers fue v&iacute;ctima de una conjura entre rivales del mercado y la pasividad de la Reserva Federal&rdquo;. &iquest;Alud&iacute;a a Bear Stearns y Merrill Lynch, otras dos bajas, o a las hoy poderosas sobrevivientes, Goldman Sachs y Morgan Stanley?</p>
<p>Callan, otrora la mujer m&aacute;s influyente de Wall Street, opt&oacute; por un cambio de vida y se alej&oacute; de Manhattan. Mientras tanto, Gregory ha contratado a un &ldquo;cazador de talentos&rdquo; para conseguirle empleo, aunque con aspiraciones modestas. Tiene un flaco consuelo: su sinagoga no lo ha censurado p&uacute;blicamente como a Fuld.<br />
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