Saudíes: US$ 36.000 millones para evitar líos
El saudí Abdullah bin Abdul-Aziz sacó de la manga un paquete de medidas financieras y sociales por ese monto. Su objeto es eludir la ola de malestar que ha derribado dos autocracias (Túnez, Egipto) y amenaza otras tres (Libia, Bahrein, Yemen).
24 febrero, 2011
<p>Entre ellas, una es clave: 15% de aumento salarial para empleados públicos, destinado a compensar la inflación de precios. Las restantes abarcan perdón para morosos tributarios encarcelados, ayuda económica para estudiantes universitarios y subsidios a desocupados.<br />
Este tipo de concesiones, resuelto en coordinación con el consejo de la familia real, por cierto viene hasta hora evitando manifestaciones de descontento. Tanto extremas, como en Bahrein o Irán, cuanto moderadas, como en Irak o Marruecos. <br />
Los anuncios coincidieron, el miércoles, con el regreso del rey, en apariencia tras un tratamiento en Londres. En el aeropuerto lo aguardaba Hamid bin Isa al-Jalifa, emir (no rey) de Bahrein. Luego de una manifestación de 30.000 shiíes, número alto para un país tan pequeño, el propio Abdullah indujo a que Haid lo emulase y dictara medidas emolientes. El jueves empezaban a surtir efecto. <br />
En una perspectiva más amplia, Saudiarabia se ha comprometido a gastar hasta US$ 400.000 millones, entre marzo y fin de 2014, en educación, infraestructura social y atención médica. “El gobierno trata de aumentar el flujo de bienestar hacia los estamentos menos prósperos del reino”, señala un informe de Banque Saoudi-Français. “El ingreso nacional puede con ese monto, pero es sólo un paliativo, no una solución de fondo para dos problemas de largo plazo: déficit habitacional y desempleo estructural. Éste sigue sobre 10% de la población activa”. <br />
Hay un sector progresista de la familia real, encabezado por el emir Talal bin Abdelaziz, medio hermano del rey. Institucionalmente, Saudiarabia es una monarquía absoluta, regida por consenso desde 1752, entre la dinastía wajjabita y el consejo religioso. Ésta el ala más recalcitrante del sistema, cuyo juicio los disturbios “son obra de diablos extranjeros”. Exactamente lo que afirma Ghadafi.<br />
</p>