<p>Durante el primer semestre, el sector en Asia oriental y meridional (AO/M) dobló el volumen de un año atrás, señala la consultoría Dealogic. Con mercados emergentes no alcanzados por la crisis sistémica de 2007/09, la zona toma más activos que Occidente. “La propia economía obra de catalizadora”, apunta Saikat Chaudhurí, de la escuela de negocios Wharton. A su juicio, “la tendencia empezó tiempo antes y se origina en la globalización de empresas que operan en mercados emergentes y los emplean como catapultas”. <br />
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El interés en F&A varía según países y situaciones. Por ejemplo, la recesión occidental afectó a China más que a India, pues sus exportaciones industriales fueron perjudicadas. “Con el yüan barato en términos de dólar, las compañías chinas –son estatales, cabe recordar- no tenían estímulos cambiarios ni una cultura orientada a comprar activos en el exterior”, puntualiza el analista. <br />
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No obstante, las fusiones y adquisiciones en Asia sudoriental emulan los centros de la actividad F&A. Sólo en 2010, Dealogic detectó en Asia-Pacífico norte –excluyendo Japón- un salto de 126%, a US$ 141.000 millones, que influyó para que el total del mundo subiese 23%. Los incrementos se habían limitado a 10% en el primer semestre de 2009 y 13% en igual lapso de 2008.<br />
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Añadiendo Japón, el volumen de Asia-Pacífico norte se eleva a US$ 166.000 millones, 79% sobre doce meses antes y más que en la Unión Europea (retrocedió 11%, a US$ 220.000 millones). Pero los números de la región han sido inflados por una sola operación financiera, no económica: la aseguradora británica Prudential pagó US$ 35.500 millones por la filial japonesa de American International Group. <br />
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Durante años, las compañías de Asia oriental y meridional –inclusive estatales o paraestatales- mostraron marcada reticencia a embarcarse en F&A como estrategia definida. Carecían del capital y de fuentes crediticias capaces de solventar F&A en gran escala; sea local, sea regional, sea internacional. Por otro lado, existían restricciones gubernamentales en gigantes como China e India, economías prósperas -Japón, Surcorea, Taiwán- y en desarrollo (Indonesia, Malasia, Tailandia, etc.). En general, se dificultaba la toma de activos locales por parte de compañías de países centrales.</p>
<p>Curiosamente, desde mediados de la década anterior fondos soberanos creados en emiratos del golfo Pérsico figuran a la vanguardia en F&A, pero a la inversa: se dedican a activos financieros y bursátiles de occidente. En particular, europeos. Poco después, un puñado de ejemplos puso en evidencia que las F&A internacionales son factibles en la zona. No todavía en Asia central, donde una guerra interminable mantiene la “potencia local”, Pakistán, en el subdesarrollo. Por el contrario, en India, Mittal Steel se lanzaba desde 1989 a compras en el exterior. En 2006, tomó Arcelor (Eurozona) y se convirtió en la mayor siderúrgica del mundo. A su vez, la china Lenovo compró la división computadoras personales de IBM en 2005 y, ahora, su centro global está en Bangalore.<br />
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Desde 2001 hasta 2010, las fusiones y adquisiciones en AO/M, como porción del mercado mundial, han crecido de 10 a 26%, si bien el fenómeno refleja en parte un retroceso en el volumen total. Por ende, 2007, con US$ 728.000 millones, sigue siendo récord internacional.<br />
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Según Lawrence Hrebiniak, otro experto de Wharton, las empresas de Asia oriental/meridional conciben fusiones y adquisiciones como medios de ganarles espacios a rivales. Aprovechando crecientes ventajas ligadas a sus monedas fuertes –sean o no divisas regionales como el yen y la rupia india- y el amplio acceso a fuentes crediticias, se plantean F&A dentro y fuera de sus economías originarias.<br />
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En otros tiempos, las empresas de la zona AO/M solían considerar las F&A como fundamentalmente riesgosas. Hoy día, en cambio, se las ve como una forma aceptable para expandirse. Uno de los motivos es que, al crecer las compañías en determinados sectores, no quedan otras opciones que comprar o asociarse. La telefonía en un caso clásico, donde está claro que las economías de escala obran en desmedro de mantener cientos o docenas de concurrentes. Otros rubros, como la farmoquímica, han venido fusionándose o consolidándose presionadas por economías de escala en nivel global.<br />
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Finalmente, los cambios estratégicos en mercados desarrollados hacen que las compañías estén más dispuestas a ser compradas o fusionarse. Como indica Chaudhurí, “los activos proclives a negociarse se abaratan, no se resisten o están mejor dispuestos a F&A. Ello explica por qué los jugadores de Asia oriental/meridional penetran resueltamente en mercados centrales. Por supuesto, cuando los negocios marchan bien, las empresas vacilan ante ofertas de adquisición”.<br />
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El analista detecta evidencias de un fenómeno interesante: “las firmas del este y el sur de Asia parecen funcionar mejor en materia de F&A que su contrapartes occidentales. Un estudio de la consultoría AT Kearney revela que las empresas indias tienden a pagar menos por sus compras que la mayoría de sus competidoras. Esta prudencia quizá se deba a que no les sobra dinero, al revés que a los dispendiosos emiratos árabes”.</p>
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