<p>Una persona viaja a Miami y alquila un auto con GPS. Se sube y tipea la dirección de su casa en Buenos Aires. Se da cuenta, unas cuadras hacia la autopista, que no se está dirigiendo a su hotel en la playa sino que el GPS lo está mandando devuelta a su casa en Colegiales, a miles de kilómetros de distancia. El problema aquí no es del aparato sino del ser humano que lo usa. Aparentemente estos errores humanos – ninguno tan absurdo como el de esta anécdota- son la causa número uno a la hora de perderse en la ruta; no el dispositivo que compraron.</p>
<p>Barry Brown, uno de los directores del Mobile Life Center de Estocolmo –un instituto que realiza estudios sobre la comunicación móvil- realizó una investigación sobre el mayor problema de los GPS: que son usados, comúnmente, por personas cuyas aptitudes al volante no son las mejores.</p>
<p>En conjunto con la Universidad de San Diego, Brown propuso un estudio de campo. Se instalaron en los autos de algunos alumnos cámaras para grabar cómo se comportaban familias tipo en la ruta. Todos los autos estaban equipados con tecnología GPS. Se hizo especial hincapié en el análisis de las instrucciones de voz, las respuestas de los conductores y sus respuestas cuando algo salía mal. El estudio reveló que el factor humano era el responsable de la mayoría de los problemas.</p>
<p>Cuando uno de los conductores salió de la autopista para comprar golosinas, no volvió a marcar en el GPS su nuevo destino lo que lo llevó a tener problemas para volver a introducirse en el tránsito. En otro momento, su co-piloto marcó mal una dirección lo que llevó a que el conductor tomase el camino incorrecto. Ninguna de estas situaciones fueron provocadas por un error en el software o en los mapas. Sin embargo, la mayoría de los conductores culparon al GPS, llegando a insultarlos con vehemencia.</p>
<p>TomTom es una de las empresas líderes en fabricación de GPS. Según las cifras que ellos manejan, 25% de todos los autos en Estados Unidos y Europa hoy hacen uso de un dispositivo de navegación satelital. La aparición de los teléfonos inteligentes ha profundizado esta tendencia lo que lleva a los fabricantes a tener que mejorar el diseño de sus dispositivos.</p>
<p>Para eso el estudio de la psicología humana se vuelve fundamental. Recordar, por ejemplo, que las personas solo pueden digerir cierta cantidad de información junta, se vuelve fundamental. Hoy los GPS cometen el error de proveer instrucciones visuales además de las convenientes instrucciones de voz; demasiada información.</p>
<p>Un estudio de la universidad de New Hampshire estableció que la mayoría de los conductores tardan más de 200 milisegundos en mirar las instrucciones en la pantalla del GPS, lo que puede traer serios problemas de seguridad para conducir. En el estudio las pantallas eran grandes y estaban en la vista periférica del conductor; en el caso de usar teléfonos celulares, los problemas pueden ser más graves. Sin embargo, aunque aquellos que solo se guiaban por las instrucciones de voz manejaban mejor, todos preferían tener también las instrucciones visuales. Sin ellas, se sentían poco confiados y ansiosos.</p>
<p>TomTom está pensando en rediseñar sus dispositivos pero sus ejecutivos saben que agregar pantallas más grandes, con buen contraste para que se puedan ver durante el día, costaría mucho dinero. En cambio, propone que sus productos sigan teniendo conexión a Internet y así puedan mostrar el tráfico en tiempo real. Lo cierto es que, más allá de la sofisticación cada vez mayor de la tecnología, el factor humano no se podrá erradicar de la ecuación completamente.</p>
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Los humanos, detrás de los errores del GPS
Un estudio de la Universidad de San Diego reveló que detrás de la mayoría de los errores que generalmente se atribuyen al GPS estaba la mano humana.