La Casa Blanca plantea ahora una reforma del sistema de impuestos que deje las tasas impositivas a las empresas en 28% y que obligue a aquellas compañías con ingresos en el extranjero a pagar un arancel especial que evite el uso de paraísos fiscales y la evasión de impuestos.
Con esta recaudación adicional, propone Obama, EE.UU. podrá financiar proyectos de infraestructura que faciliten la creación de empleo y promuevan el crecimiento de diversas industrias.
Obama presentó su “gran acuerdo” desde una de las sedes de logística de la empresa Amazon, en Chattanooga, Tennessee, rodeado de decenas de empleados de la compañía.
El primer mandatario comenzó la semana pasada una gira por varios puntos del país, en la que intenta recuperar la iniciativa en su agenda doméstica, con medidas para la recuperación económica, la creación de empleo y las ayudas a la clase media, como ya hiciera durante la última campaña electoral.
Dijo Obama: “Todavía no estamos donde debemos estar. Antes de la crisis ya habíamos atravesado una década en la que los más ricos vivían mejor y mejor, mientras la mayoría de las familias trabajaban cada vez más paras seguir pasando apuros”.
Añadió: “Revertir esta tendencia debe ser prioritario en Washington. Lo es para mí. Pero una sucesión de distracciones, estratagemas políticas y falsos escándalos han desviado la atención lejos de lo que necesitamos hacer para ayudar a la clase media”.
La apuesta de Obama llega en un momento en que los demócratas rechazan cualquier rebaja de impuestos que no vaya acompañada de un aumento en las inversiones, que desemboquen después en la creación de empleo.
Los republicanos, por su parte, exigen una reducción del 35% actual al 25% y se niegan a aprobar inversiones que disparen el déficit público.
“No se trata de un problema de falta de ideas”, afirmó Obama, “sino de iniciativa política”. El mandatario demócrata reivindicó que muchas de sus propuestas coinciden con la opinión de expertos, economistas y empresarios.
“Algunas ya han sido aprobadas por el Congreso, pero la mayoría no, incluso si tenían el apoyo de los republicanos”.
Según datos facilitados por la Casa Blanca, el objetivo es eliminar las facilidades que da el sistema de impuestos para que las compañías estadounidenses puedan funcionar en el extranjero -llevando los puestos de trabajo a otros países-, simplificar el método impositivo y crear incentivos para la creación de pequeñas y medianas empresas, aumentar empleos en el sector industrial y de las energías renovables, incentivar las exportaciones y asegurar que todas las empresas paguen la cuota que les corresponde.
“Si se trata de abandonar los argumentos de siempre, cuando los republicanos rechazan mis ideas simplemente porque son mías, permítanme ofrecerles una propuesta que cualquier político serio en los dos partidos deberían poder apoyar”, afirmó Obama al presentar medidas para reducir los impuestos a las empresas y crear puestos de trabajo con salarios que refuercen la clase media.
Obama defendió durante la campaña electoral que EE.UU. debía acometer una reforma de su sistema de impuestos que lo hiciera más igualitario, eliminando los recortes especiales para las rentas más altas, algo que rechazan los republicanos.
La propuesta actual no menciona los impuestos a los ricos, pero sí crea una fuente de ingresos deseada por la Casa Blanca y difícil de obstaculizar para la oposición
A falta de un acuerdo sobre la financiación de las arcas públicas, el gobierno federal podría verse obligado a cerrar el próximo 1 de octubre. Según Obama, de cara a estas negociaciones, “no podría haber más cosas en juego”.
Un día antes de la llegada del presidente, Amazon anunciaba la creación de 7.000 puestos de trabajo en diferentes centros de distribución. Obama recorrió antes de ofrecer su discurso la sede de Chattanooga, una de las más grandes de la compañía norteamericana, y que ocupa un área de un millón de metros cuadrados, el equivalente a 28 campos de fútbol.