lunes, 23 de diciembre de 2024

45% de los argentinos, optimistas para 2017

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Hay esperanza para el año venidero, aunque menor que el año pasado. En 2015, un 60% planteaba que el 2016 sería mejor que el 2015. 26% cree que el año que viene será igual al que se va y 23% vislumbra un año peor que el 2016. El país es menos optimista que el promedio mundial y regional.

Al consultar si en términos generales 2017 va a ser mejor o peor que 2016, la mayoría del planeta (52%) percibe que el próximo año será mejor que el que termina; y que 15% cree que será peor.

En cuanto a las perspectivas económicas, al consultar si el 2017 será un año de mejorías económicas, de problemas económicos o si será igual que el 2016, el 42% de los habitantes del mundo es optimista respecto de las proyecciones económicas para el 2017; el 22% es pesimista y el 31% cree que la economía permanecerá igual. Los países más optimistas respecto de la prosperidad económica en 2017 son Ghana (73%) y Bangladesh (81%). En contraste, Corea del Sur, Hong Kong y Grecia son los más pesimistas (66%, 64% y 59% respectivamente).

Argentina se encuentra por debajo del promedio mundial de optimismo (36% declara que en el 2017 habrá una mejoría económica) pero por encima del promedio latinoamericano.

Hay alta esperanza general entre naciones de ingresos medios y bajos. Al consultar si en términos generales el 2017 va a ser mejor o peor que el 2016, se advierte que una mayoría del planeta (52%) siente que el próximo año será mejor que el que termina; por su parte el 15% cree que será peor.

Los residentes de países con los crecimientos más rápidos en el mundo, son los que se muestran más esperanzados para el año próximo (menciones positivas: Bangladesh 86%, Ghana 80%, Costa De Marfil 78%, Fiji 70%, Brasil 68%, India 64% y China 62%).

Por su parte, bloques económicos como la Unión Europea (29%) y Norteamérica (36%) plantean el menor optimismo para el 2017. Con la pérdida del referéndum del Primer Ministro Renzi y con una recuperación económica que no logra despegar, no sorprende que sean los italianos quienes están más consternados respecto del año entrante (56% manifiesta que tiene visiones pesimistas para el año que viene).

 

Optimismo menor que en el año pasado

 

El optimismo económico, aunque mundialmente alto, es menor que el del año pasado. La Encuesta de Fin de Año consultó si el 2017 será de mejorías o problemas económicos. El estudio arroja que el 42% del mundo se muestra optimista acerca de la perspectiva económica para el 2017 (versus 45% el año pasado), casi duplicando a las opiniones pesimistas (22%).

Voices!, consultora de investigación social, junto a WIN, red internacional a la que pertenece, realizaron esta encuesta de Fin de Año que se realiza anualmente desde el año 1977 y explora las perspectivas, expectativas, miradas y creencias de la población en 66 países para el año que comienza.

Los ciudadanos europeos son marcadamente más pesimistas y vislumbran problemas económicos para el 2017, siendo este pesimismo más intenso en Italia (57%), Reino Unido (53%) y Francia (47%). Sólo Corea y Hong Kong, que han sido testigos de un año de agitación política y económica, son más pesimistas (66% y 64% respectivamente) que los países europeos.

A escala mundial cuando se trata de un desglose demográfico, los más jóvenes son considerablemente más optimistas que las generaciones mayores, con un 53% entre los menores de 34 años, comparado a 23% entre los mayores de 55 años.

Por su parte, América latina se encuentra por debajo del promedio mundial con 31% de su población que indica perspectivas económicas optimistas para el próximo año, un 33% pronostica problemas económicos en 2017 y un 32% muestra una postura neutral. Al mirar al interior de la región vemos que Perú lidera el ranking de optimismo económico con el 49% de su población planteando visiones positivas, seguido por Brasil en un segundo lugar (41%). Por su arte, México es el país latinoamericano más pesimista, con solo uno de cada diez que proyecta mejorías económicas para el 2017 (7%).

En cuanto a nuestro país, hay esperanza para el año venidero, aunque menor que el año pasado. 45% de la población argentina sostiene que el 2017 será mejor que el 2016. Una proporción menor a la que encontrábamos en noviembre de 2015 cuando, en el contexto de las elecciones presidenciales, un 60% planteaba que el 2016 sería mejor que el 2015.

Por otro lado, hoy un 26% de los argentinos cree que el año que viene será igual al que se va y un 23% vislumbra un año peor que el 2016.

En el contexto global, nuestro país es menos optimista que el promedio mundial y regional (45% espera un año mejor vs 49% de los latinoamericanos y 52% de ciudadanos del mundo que piensan así).

 

Considerando los distintos segmentos sociodemográficos de Argentina, vemos que en todos los estratos, la opinión con más peso es la que plantea que el próximo año será mejor al que pasó. Es interesante destacar que crece el optimismo entre los mayores de 50 años (51% vs 43% entre las personas de 30 a 49 años y 40% entre las personas de 16 a 29), en los niveles socioeconómicos altos (51%) y bajos (47%), cayendo en el nivel medio (41%). También encontramos niveles más altos de optimismo en el Interior del país y más bajos en GBA.

Al analizar los resultados retrospectivamente con las mediciones realizadas desde 1982 por la red internacional WIN, se observa que en diciembre de 1983, al asumir Raúl Alfonsín, el optimismo era ampliamente mayoritario (83%). Sin embargo, en los dos primeros años de la etapa democrática las esperanzas disminuyeron, aunque sin descender debajo del 50%.

La baja se produce recién en 1986, cayendo al 38% y permaneciendo en esos niveles durante 1987 y 1988, en un contexto de alta inflación. Con la llegada del nuevo gobierno de Carlos Menem en 1989, las expectativas vuelven a aumentar, alcanzando el 63%. A fines de 1991, se implementó el plan de convertibilidad y se observa un nuevo incremento del optimismo respecto del año venidero. A partir de entonces, las expectativas se reducen y durante todo el segundo gobierno de Menem se registran cifras inferiores al 40%.

Con la asunción de la Alianza en diciembre de 1999, vuelven a aumentar las expectativas positivas (54%). Sin embargo, un año después, y coincidiendo con el fin del milenio, se registra la cifra más baja hasta ese momento (31%).

A partir de esa fecha, el optimismo se vuelve a renovar a fines del 2002 (49%) y sube aún más en el primer año de gobierno de Néstor Kirchner (66% en 2003), quien logra mantener altos niveles de optimismo a lo largo de toda su gestión, con valores que oscilan entre el 66% y el 56%.

A fines del 2007, con los resultados de las elecciones presidenciales donde fue electa Cristina Kirchner, las expectativas para el año venidero disminuyen (49%) y en 2009 alcanzan su nivel más bajo desde 1982 (23%), en un contexto signado por el desarrollo de la crisis económica internacional. Esta tendencia se revierte en 2010 y 2011 donde la mitad de los argentinos esperaba una mejoría. Pero el optimismo se frena un año después y durante los próximos 3 años (2012 a 2014) la mayor proporción de los ciudadanos no aguardan cambios significativos. Al término de 2015, la visión en relación al 2016 registró un restablecimiento mayoritario de las esperanzas en la ciudadanía, con un 60% que declaraba una visión positiva para ese año.

Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices destaca: “Respecto al 2017 en particular, aunque la visión optimista sigue siendo la de más peso (45%), baja en relación al año anterior, y crece la proporción de quienes creen que el próximo año será peor (26%). Mientras que a nivel global son los jóvenes los que se muestran más optimistas con relación al 2017, en nuestro país son el segmento menos optimista’’

  

 

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