Hace algunos días Apple anunció, en su reunión anual con desarrolladores, que su próximo sistema operativo, el iOS 12, incluirá una app que llamará Screen Time, para ayudar a los usuarios a controlar el tiempo que pasan en sus teléfonos.
La app mostrará cuadros con barras que dividirán el tiempo pasado en el teléfono según una categorización: el tiempo que dedicamos a una app de productividad, en una app de entretenimiento o el usado en redes sociales. La app luego enviará informes al usuario y le permitirá autoimponerse límites, poner mecanismos de control para perder menos tiempo.
Según la compañía, Screen Time es una herramienta que ayudará a la gente a administrar mejor el tiempo que pasa en el teléfono.
El tema es si va a funcionar.
David Greenfield, fundador del Centro para la adicción a Internet y profesión dej Psiquiatría, dice que la adicción tecnológica es algo que surgió desde el nacimiento de Internet. Lo importante sobre esta nueva app, dice, es que es un silencioso reconocimiento de que la adicción a los smartphones es real.
Eso, de por sí, ya es algo. Durante años los adictos a Internet vienen batallando para que se admita que es una necesidad compulsiva estar conectado y que eso afecta las mismas áreas del cerebro e inhibe la forma de vida como lo hacen otras adicciones. Como el juego, el alcohol o la comida. Pero el problema es tratar de ver cómo se define lo que es la adicción a Internet y cómo tratarla.
Según Greenfield todo lo que se haga para tratar de cuidar el uso de la tecnología es una buena medida. Lo que cuestiona es la pureza de la motivación de Apple. Sospecha que lo que tal vez esté buscando, por un lado es generar más ventas y por el otro adelantarse a una posible regulación. En cuanto a la tecnología de la app dice que no es nada nuevo, nada que no hagan otros desarrolladores fuera de Apple. Mucho más positivo, dice, sería que el teléfono se cerrara automáticamente durante la noche.
Jean Twenge, profesora de psicología en la Universidad de San Diego acaba de publicar un libro sobre los problemas de los adolescentes súper conectados. Sus investigaciones demuestran que hay una relación entre e uso nocturno de los teléfonos, la falta de sueño, la depresión y la ansiedad.
Volviendo a Screen Time, Greenfield cree que mucho más útil que mostrarnos cuánto tiempo hemos pasado mirando la pantalla, sería que de pronto apareciera allí la advertencia “No usar el teléfono mientras se maneja”.
Greenfield y Twenge dicen que es muy fácil que la gente se vuelva indiferente a los avisos de advertencia. “Si es un recordatorio, va a servir de poco”, dice.