Por Gustavo Baiman
En este escenario, donde un imponente paisaje natural se mezcla con las fábricas que producen casi toda la electrónica doméstica del país, la provincia pudo –a partir de la reactivación económica y con los beneficios de la promoción industrial– definir claramente su perfil productivo. La inversión de los empresarios superó los $1.000 millones en los últimos tres años para poder producir con normas de calidad internacional y tener capacidad para abastecer el mercado local con productos de alta tecnología.
El salto más importante se vio en la fabricación de televisores y de aire acondicionados. Durante el último año se produjeron 1.600.000 y 900.000 aparatos, respectivamente.
Según el presidente de AFARTE, Enrique Jurkowski, para competir dentro de un contexto global, la estrategia que siguieron fue asociarse con las grandes marcas mundiales y fabricar bajo licencia, (Aiwa, BGH, JVC, Philco, Sanyo y TCL, entre otras), y utilizar el régimen de promoción industrial que ofrece Tierra del Fuego que contempla beneficios como el no pago de impuestos –IVA y ganancias– y la importación de insumos libre de aranceles aduaneros.
Los directivos de las distintas plantas coinciden en que el gobierno nacional tomó acertadamente medidas que no sólo repercutieron en una importante reactivación, con más puestos de trabajo y mayor producción sino, también, en una disminución de los precios al consumidor.
Sin embargo no todas son flores. También hay una lista de reclamos que pasa fundamentalmente por el pedido de protección frente a la competencia desleal –dicen– de los países asiáticos que ingresan productos al mercado argentino haciendo dumping; la corrección de las asimetrías con Brasil a través de salvaguardias o cupos de importación; y más ventajas impositivas como la reducción de los impuestos internos.
“En la medida en que se corrijan inequidades fiscales que se arrastran desde hace mucho tiempo, nuestros niveles de producción se pueden sostener en el largo plazo y realizar sustitución de importaciones para nuevos productos, o para líneas que se fabricaban en el pasado y actualmente son abastecidas por la importación, generando muchos nuevos puestos de trabajo en el país. Es importante cumplir con el viejo compromiso de igualar el tratamiento impositivo entre Tierra del Fuego y Manaos, y extender el régimen de promoción industrial hasta 2023, al igual que en Manaos. De esta forma el flujo de inversiones será más balanceado y se fabricarán más productos en la Argentina”, agregó Jurkowski.
Así como el sector reclama más medidas por parte del gobierno para seguir consolidándose, algunos analistas ponen ciertos reparos en cuanto a los beneficios otorgados. La pregunta que se hacen es si estos subsidios, a largo plazo no se vuelven un respirador artificial que hace cada vez menos competitiva la industria y más dependiente del Estado. Por lo pronto hay un dato atendible: con la promoción industrial el Estado resigna cobrar más de $1.100 millones anuales a causa de las exenciones impositivas. M