La cumbre se considera una parte crucial de la Asamblea General porque ofrece la oportunidad de inyectar el vigor que tanto necesitan los ODS.
Pero la propia ONU ha reconocido que el mundo está lejos de alcanzar estos objetivos. En julio, la ONU publicó un informe de situación en el que afirmaba que los ODS “están en peligro”. Sólo un 12% de los objetivos están bien encaminados y más de la mitad están moderada o gravemente desviados.
La lectura es dolorosa. Alrededor del 23,5% de los jóvenes de todo el mundo no irán a la escuela ni trabajarán en 2022, frente al 22,2% de 2015. En cuanto al cambio climático, la acidez media actual de los océanos es de 8,1 pH, aproximadamente un 30% más ácida que en la época preindustrial.
Para agravar el pesimismo, un informe publicado recientemente por la consultora Accenture muestra que solo el 49% de los 2.800 líderes empresariales encuestados cree que el mundo alcanzará los ODS en 2030.
Aun así, la encuesta de Accenture ofrece un rayo de esperanza para mejorar algunos de los ODS sociales. Casi tres cuartas partes de los ejecutivos se declararon abiertos a un aumento de los salarios mínimos nacionales. Aunque la encuesta muestra que los ejecutivos entienden que unos salarios más altos les costarán más, en general parecen creer que unos salarios más altos “tienen valor y merece la pena perseguirlos si se soportan de forma justa”, informó Accenture.