Por Rubén Chorny
Rodolfo De Felipe
A Joao Doria, periodista y ex funcionario exiliado en la última dictadura militar brasileña, se le encendió la lamparita en 2003. Con respaldo de las fundaciones Ayrton Senna y Xuxa, y de la universidad Getulio Vargas, convocó a un grupo de líderes empresariales, sobre todo paulistas, para ir en procura de un foro multinacional y multilatino capaz de representar los intereses comunes de negocios de las principales compañías internacionales en cabeza de sus número uno.
Los puntos de coincidencia para globalizar apuntaron a la sustentabilidad, la Responsabilidad Social Empresaria y conceptos muy amplios, como el fortalecimiento de la libre iniciativa, el desarrollo económico y social y la defensa de los principios éticos del gobierno corporativo en el sector público y privado.
En una década, nada más que en Brasil congregó a 1.200 empresas que suman más de la mitad del PIB del gigante sudamericano, y desparramó tentáculos en 12 países de cuatro continentes, bajo el atractivo del relacionamiento entre las firmas, los funcionarios, las organizaciones y entidades privadas, en busca de definir agendas para cada país y región.
El acercamiento con la Argentina a ese nivel estaba focalizado principalmente en Gustavo Grobocopatel, radicado hasta hace poco con su emporio sojero también en el país vecino, además del aprovechamiento de las relaciones dentro del circuito de las filiales regionales de las multinacionales y de los propios capitales brasileños que se expandían por el continente.
Sin embargo, el empantanamiento del Mercosur hace más de dos años y algunos cortocircuitos de los inversores brasileños con el poder político argentino (casos Petrobras, Vale) crearon la necesidad de aglutinar posiciones en forma más orgánica y así el gran mentor del proyecto LIDE, Doria, interesó a un antiguo compañero de militancia regional empresarial, Rodolfo De Felipe, para procurar una integración con los máximos niveles de negocios en la Argentina.
Boca a boca entre líderes
Conductor de Compañía Argentina de Servicios Portuarios, la firma que más factura en el ramo dentro del país –$880 millones en le último ranking de Las 1000 de Mercado– y opera con cabecera ribereña del Paraná en San Nicolás, este dirigente que había sido candidato a senador provincial por Udeso en 2011 aceptó el reto y se dedicó en tres años a sobrevolar asentadas estructuras representativas de los negocios privados en la Argentina, como la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), la Unión Industrial Argentina y el Instituto de Desarrollo Empresario Argentino (IDEA) para reclutar de a uno por vez a 85 presidentes y Ceo de compañías con actuación local.
Empezó incorporando a los máximos niveles que atienden en ambos lados del Mercosur, Iván Zurita de Nestlé, como Sancor, Acíndar, Profertil, Fiat, Bayer, Tetra Pak, Whirlpool, a quienes no le costó mucho convencer que presupuestaran US$ 4.000 de cuota además de las que ya pagan en las otras entidades. ¿Proponía un grupo de lobby regional? No. ¿Acoplarse al poder económico brasileño? Tampoco. ¿Ser puntas de lanza de un gremialismo empresario regional? Descartado. ¿Impulsar la privatización del Mercosur? Menos.
“No somos un club de lobby ni de negocios; el objetivo es brindar información de calidad sobre distintos temas y crear una networking [relacionamiento] entre pares de primer nivel ejecutivo”, explicó De Felipe en una especie de reciente relanzamiento de LIDE, cuyo propósito es llegar al centenar de asociados (le faltarían 15).
Aclaró a la prensa: “En nuestras actividades nos garantizamos que el que se sienta al lado tuyo es un número uno”, agregó, y una de la formas de hacerlo es el piso de facturación anual necesaria para pertenecer a la entidad: US$ 100 millones en el caso de las compañías nacionales y US$ 300 millones en el de las subsidiarias de multinacionales. Hay algunas excepciones: las que no llegan a los 100 millones, pero lideran claramente en su sector de negocios y, además, la actividad del grupo se divide en “áreas de actuación” (agronegocios, economía, energía, marketing y “mujer”) en las que pueden participar ejecutivos, aunque no sean los números uno de sus empresas. Salvo en “Mujer”, que aún no ha sido designada, los encargados de las otras áreas son Tomás Bulat, en Economía, Fernando Pujals en Energía, y Máximo Rainuzzo en Marketing y Comunicación.
Grobo asoma
El primer evento de fuste en Buenos Aires fue el Foro Regional de Agronegocios, que encabezaron el productor y presidente de Grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, y Roberto Rodrigues, ex ministro de Agricultura de Brasil entre 2003 y 2006 con Lula da Silva.
De Felipe anunció que LIDE empezará por trasplantar la experiencia de la entidad en Brasil con el impulso a la ley nacional de residuos urbanos en el país vecino y la ley de incentivo al deporte, que habilita a descontar del pago de impuestos los aportes a los deportistas.
Sin embargo, justificar la participación de los máximos niveles empresariales en esta suerte de club multilatino demanda algo más que transitar pasillos legislativos y la propuesta abarca entonces reuniones privadas con funcionarios claves del Gobierno nacional, como la que se concretó con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, con el titular del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, o con el secretario de Energía Daniel Cameron para preguntar a agenda abierta sobre mano de obra, insumos críticos y financiamiento.
En LIDE no quieren ser como AEA, ni a IDEA y mucho menos a la UIA, pero sí a que los máximos líderes de esas clásicas entidades empresarias de cúpula, como los CEO de Techint y Arcor, Roca y Pagani, terminen estampando la firma en la hoja de afiliación.
De Felipe, que por estos días se pasa más tiempo buscando socios ilustres para LIDE por Puerto Madero que en el puerto de San Nicolás donde opera su empresa, dialogó con Mercado sobre esta construcción.
–Ante la importancia regional al máximo nivel que tiene LIDE en Brasil –nuclea a más de 50% del PIB privado de ese país–, ¿cómo zanjar la asimetría de que Gobierno e industriales brasileños coincidan, no así en la Argentina?
–Son distintos países y realidades bien diferentes. La presencia del sector empresario brasileño en el sistema de toma de decisiones de ese país es innegable. Y, en ese contexto, LIDE Brasil tiene un gran protagonismo debido a su tamaño y a su permanente trabajo propositivo en conjunto con el Gobierno. En cualquier caso, funciona como plataforma local y regional, que sostiene la “libre iniciativa” y brinda oportunidades a sus miembros de mejora de su desempeño.
–La UIA está compuesta por dirigentes empresarios profesionales no así la Asociación Empresaria Argentina, donde sí están los máximos conductores de las grandes empresas. ¿En qué posición aspira a ubicarse LIDE Argentina en el contexto nacional?
–LIDE es un grupo que congrega a los líderes de grandes empresas: Tienen que tener una facturación mínima local de US$ 100 millones al año, o globalmente, tener ventas de más de US$ 300 millones, si son filiales de multinacionales o multilatinas. No ejerce la representación de sus miembros, ni emite opiniones sobre situaciones de contexto. Pero por supuesto que aspira a ser tan gravitante en la Argentina como lo es en el Brasil; sin embargo, no se propone reemplazar a entidades gremiales empresarias que hacen un buen trabajo en representación de sus miembros.
–La iniciativa brasileña de impulsar LIDE en la región, ¿obedece a la necesidad de consolidar una interlocución institucional en los países donde ha hecho inversiones o tiene fuerte presencia comercial?
–A partir de la creación en Brasil de la división LIDE Internacional, presidida por Luiz Fernando Furlán (ex-ministro y titular de SADIA – BRF), en 2010, se decide impulsar la expansión de la organización, para fortalecer los lazos de los líderes empresariales de distintos países. Eso tiene un gran valor para sus miembros, los que lo capitalizan muy bien.
–¿En qué influyó la proyección de los recientes resultados de las elecciones legislativas para avanzar o no en la suma de adhesiones a LIDE?
–Es muy pronto para decir si tuvo influencia, pero aventuro la opinión de que no tendrá influencia. Lo que sí favorece el crecimiento de las instituciones o grupos empresarios es el mejor ambiente de negocios.
–En la Argentina existe una IDEA que representa el pensamiento tradicional de las grandes empresas, una AEA en la que están los números uno y una UIA, en la que las grandes empresas manejan una participación gremial en conjunción con las Pyme, ¿cuál es el lugar que imagina para LIDE y cómo se diferenciará de aquellas?
–En Brasil, la poderosa FIESP de San Pablo forma parte de LIDE y ello no implica que una tome el lugar de otra. LIDE trata de generar una agenda positiva para el país y la región, y muchas veces este tipo de institución no puede enfocarse en ello porque la coyuntura y el contexto político-económico se lo impiden. Sinceramente aspiramos a que IDEA, AEA y UIA, en su carácter de instituciones líderes, formen parte de LIDE en la Argentina, y que sus presidentes participen de las actividades del grupo. De hecho, hay varios miembros de LIDE que también lo son en ellas.
–Hasta ahora, las acciones de LIDE en el país se concentraron en el sector agrícola y en contactos entre los asociados y funcionarios del Gobierno nacional, ¿cómo explicaría estos primeros escarceos y adónde apuntan los próximos?
–Nuestro trabajo no se concentró en el sector agrícola, sin perjuicio de que la división LIDE Agronegocios, que preside Gustavo Grobocopatel, lleva adelante un gran trabajo, en conjunto con su división gemela de Brasil. Por ejemplo, se acaba de celebrar con mucho éxito el segundo Foro Regional de Agronegocios, que convocó a los mayores exponentes del sector.
Se trabajaron muchos temas de interés para los hombres de negocios y se recibió la visita de importantes expositores; que no solo eran miembros del Gobierno. Para el año próximo se buscará aprovechar la oportunidad que significa un grupo de más de cien líderes empresarios, para impulsar iniciativas propositivas, como aporte del sector.
–¿Cuál será la posición de la entidad frente al estancamiento del Mercosur y cómo será planteada ante los Gobiernos, dada la diferente relación interna que existe en cada país entre los sectores privados y públicos?
–Una de las conclusiones de los economistas que participaron en nuestro primer Fórum Empresarial de Buenos Aires fue que el Mercosur solo existe –en la práctica– para la industria automotriz… y que, para el resto de los sectores, o no funciona o funciona poco y mal. Y que, además, hace falta un sinceramiento… seguido por un debate en búsqueda de consensos sobre su importancia estratégica y el camino a seguir para alcanzar objetivos conjuntos. Luego vendrá el compromiso de sus miembros para alcanzarlos.
Hacia los cien
–¿Cuándo estiman que podrá cumplirse la meta de llegar a 100 asociados propuesta para la Argentina?
–Esperamos alcanzarla antes de fin de año… No es fácil, pero tampoco imposible.
–En general los empresarios prestan especial atención al clima de negocios y regulaciones del país en el que actúan, ¿cómo hará LIDE para regionalizar esos intereses sin colisionar con las estrategias de los grupos locales?
–Nosotros no tenemos la capacidad de “regionalizar” intereses y evitar que colisionen. Sí estamos capacitados para “medir” y comparar los climas de negocios de los países –y, de hecho, lo estamos haciendo–, para intercambiar buenas prácticas e iniciativas propositivas para todos los países en los que se actúa.
Sin perjuicio de lo cual, LIDE en la Argentina actúa con una identidad y dinámica propia… y adaptada a la realidad particular del ambiente de negocios del país, y de la “cultura empresarial” de sus líderes.
–¿Cuál sería el rol reservado a México y los países del Pacífico en la conformación de esta entidad de números uno?
–Estamos presentes ya en EE.UU., en China, en Chile, en Uruguay… y se siguen abriendo capítulos en otros países… dentro de los cuales está previsto México y los del Pacífico. Hay muchas oportunidades y un gran trabajo conjunto por delante. México es uno de los gigantes de la región y los países del Pacífico están dando la nota positiva por el importante desarrollo que lograron en los últimos años. Hay mucho para hacer, pero me da la sensación de que, teniendo al quinto o sexto mercado del mundo como vecino (es decir, a Brasil), hay un universo de posibilidades por explorar, cuyo límite –por ahora– está en nuestra propia imaginación.
Termómetro de los negocios
A partir de una encuesta periódica de opinión recogida de los representantes de las compañías con actividad nacional y/o internacional, sobre la evolución y las expectativas de un conjunto de variables con incidencia en el desarrollo económico de la empresa, un índice puntúa de 0 a 10 tres componentes con el mismo peso: Gobierno, Negocios y Empleos. Se pregunta sobre eficiencia gerencial a escala de gobierno, la situación actual del negocio, previsión de empleos, impedimentos para crecer y previsiones de ingreso.
Empezó en Brasil hace 10 años y es realizado junto con la Escuela de Negocios de la Fundación Getulio Vargas (FGV). La última medición corresponde a setiembre de 2013.