El mandatario brasileño aspira a crear un mundo más multipolar y recuperar las organizaciones multilaterales, dos temas recurrentes en la diplomacia internacional de Beijing.
Brasil y China pertenecen a la asociación BRICS, un grupo de países en desarrollo que incluye también a India, Rusia y Sudáfrica. Desde que asumió la presidencia Lula busca dar nuevo impulso a esa agrupación. Durante el discurso que pronunció el jueves 13 de marzo en Shangai, pidió al grupo que produzca una moneda alternativa al dólar para uso comercial entre los miembros.
El líder brasileño envió una señal de desafío a Washington en otro discurso pronunciado junto a Xi, en el que señaló que había visitado la empresa de telecomunicaciones china Huawei, sujeta a sanciones estadounidenses. “Nadie va a prohibir a Brasil que mejore las relaciones con China”, dijo.
El foco en el multilateralismo es una ruptura con la posición adoptada por su predecesor, Jair Bolsonaro, quien priorizó los lazos bilaterales con Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump y otras naciones gobernadas por líderes populistas como Hungría e Israel.
En conferencia de prensa Lula insistió con su idea de crear un club de naciones no comprometidas con la guerra en Ucrania, para negociar la paz. Club donde China podría tener un rol central. También pidió a Estados Unidos que deje de “incentivar” la guerra.
