El valor de la educación en el desarrollo de Argentina

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Muchos de los problemas, como desempleo y pobreza, pueden atenderse desde el reforzamiento de la educación como pilar social. La digitalización ha sido una puerta de entrada a la educación masiva abierta, y en otros casos ha profundizado el rezago educativo.

Por Luis Alberto Moreno (*)

El confinamiento que trajo la pandemia obligó a más de 10 millones de estudiantes y casi 900,000 docentes a cambiar las aulas por los hogares.

El problema, según la UNICEF, es la brecha digital que vive Argentina. Si se resume en cifras, se ve así:

  • 18% de los adolescentes no cuenta con acceso a Internet en sus hogares, un porcentaje que se incrementa al 21% entre estudiantes de escuelas estatales.
  • 37% no dispone de una computadora o tableta para realizar sus tareas escolares.

 

El problema de Argentina es el de América Latina

Argentina es una muestra del reto que enfrenta América Latina en educación y su relación con las desigualdades económicas. Cerca de 20% de las personas más ricas de la región concentran casi la mitad de todos los ingresos, mientras que el 20% más pobre dispone de menos del 5% del total, de acuerdo con datos de Amnistía Internacional.

El rezago educativo es uno de los más preocupantes y urgentes debido a que puede ser un agravante de otros problemas sociales, como el desempleo y la pobreza.

“El tema de educación es el que más preocupa en este momento. Hablamos mucho de vacunas, efectos del COVID-19, pero lo cierto es que la curva de desempleo, de pobreza y de endeudamiento está disparada”, dijo el especialista durante el ciclo de entrevistas de “Trailblazers Latinoamericanos”, que organizó Salesforce.

Y añadió: “Empezamos a ver la deserción escolar profunda en las familias más pobres y la caída de la inversión en el gasto en educación”.

Moreno, colombiano de nacimiento, comparte sueños similares a millones de latinoamericanos. Su formación educativa comenzó en su país natal y siguió en Estados Unidos. Su currículum es amplio: ha trabajado en medios de comunicación, ha sido embajador, ministro de Estado y presidente del BID de 2005 al 2020.

La tecnología debe ir de la mano de la educación

A futuro, la pérdida de educación, capital humano y productividad se podría transformar en una caída de ingresos agregados a nivel regional de 1.7 billones de dólares, de acuerdo con el Banco Mundial.

Más allá de las cifras, de acuerdo con The Borgen Project, la falta de educación tiene profundas secuelas en la sociedad y la nulificación de libertades individuales:

  1. Poca representación (opresión de minorías debido a la falta de voz) y nulo desarrollo de habilidades.
  2. Promoción de la explotación laboral (acceso a empleos poco seguros como resultado de la carencia de mayores opciones).
  3. Dificultad para criar y educar hijos (lo que repite el círculo vicioso de la falta de educación)
  4. Fomentar la trampa de la pobreza (la incapacidad de escapar a esta condición social y económica)

Para contrarrestar lo anterior, cerrar brechas y ampliar el sistema educativo, la tecnología es un punto clave.

El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) propone crear un sistema educativo digital para garantizar el derecho a la educación y reducir la brecha.

A escala global, cuando cerca de la mitad de los estudiantes padece ‘pobreza del aprendizaje’, lo que genera que haya niños menores a 10 años con problemas para leer y comprender apropiadamente, de acuerdo con el Banco Mundial.

Para Luis Alberto Moreno, la respuesta debe apuntar a habilitar herramientas tecnológicas para los estudiantes, de tal modo que el combate al rezago educativo sea efectivo.

Alejandro Anderlic, Director de Asuntos de Gobierno para Latinoamérica de Salesforce, está seguro de que la pandemia dejó lecciones a aprender en diversos campos, entre ellos, el educativo.

“Espero que todo lo bueno que tuvimos que aprender a golpes en esta etapa de pandemia quede como una experiencia que podamos aprovechar. Pero para que esto suceda tendrán que surgir liderazgos muy fuertes que vayan marcando un camino que inspire a otros a avanzar en temas relevantes para la región, como lo es el de la educación”, dice Alejandro Anderlic.

Para el Banco Mundial, la educación es una ‘crisis silenciosa’, como lo describe el Banco Mundial, pero los esfuerzos unidos de gobiernos, empresas y sociedades pueden lograr que Latinoamérica construya puentes, derribe barreras, cierre brechas y mantenga su esplendor.

Domingo Faustino Sarmiento, presidente de Argentina entre 1868 y 1874 –además de político, escritor y docente– lo tenía claro: “Si peleamos por la educación, venceremos la pobreza”. Nada más cierto en estos tiempos.

(*) Ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo . 

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