Cada vez cuesta más el contacto con otros, por lo que toda oportunidad de conectar es novedosa. ¿Qué maneras creativas pueden encontrar las marcas para estimular la sociabilidad en tiempos de distancia social? ¿Cómo podrían hacerlo?
Al comenzar la pandemia – explica el informe de la consultora Trendsity que dirige Mariela Mociulsky- , cuatro marcas de alcohol decidieron adaptarse asociándose con el gigante del comercio electrónico JD.com para llevar las discotecas online. Budweiser y Carlsberg, la marca de coñac Rémy Martin y la marca de bebidas Pernod Ricard unieron fuerzas con JD.com y el sello de música chino Taihe Music Group para crear una experiencia de club online, transmitida directamente a las salas de estar de las personas y completa con licor que podían comprar y recibir en su puerta.
Hay otros ejemplos para explorar. Existe un interesante proyecto llamado “Un Amor de Verano” que fomenta la escritura diferida con desconocidos (a pesar del nombre no es algo necesariamente romántico). La idea es un éxito, el menor encuentro con otros hace de estos encuentros personalizados con extraños sean un atractivo. Los “clubes diferentes cosas” (de fans de quesos a semillas, entre otros) también crecieron enormemente.
Hay algo que une estos ejemplos: la necesidad de conexión con otro (tener en común un gusto por ejemplo) está ahí latente. Los clubes de lectura también son otro ejemplo, fueron boom en 2020 y la lectura funcionó como lugar de encuentro y esparcimiento.
Y también lo vemos en las empresas. Las empresas apuntaron a mantener este sentido de comunidad. Ejemplo de afuera es “Virtual Cook-Along Dinner Series” (algo así como una serie de encuentros virtuales para cocinar la cena juntos), el restaurante Table 301 enviaba los ingredientes para que en la casa, los empleados de las compañías Fortune 500 más importantes pudieran seguir manteniendo el sentido de unidad y “compitieran” entre sí por los mejores platos.
Esta práctica también se hizo extensiva en las empresas argentinas, que también ofrecieron por ejemplo after hours virtuales, con el envío de tragos y la propuesta de conectarse a los zoom con la idea de distenderse y no hablar de trabajo.
Ese permanente contacto social con otros nos nutre a muchos niveles, nos hace sentir que vivimos en sociedad, también repercute a nivel personal en las dimensiones cognitivas, culturales, psicológicas, incluso para nuestra productividad y creatividad es necesario el contacto con otros. Las marcas tienen mucho para aportar en este sentido, en un mundo que aún no sedimenta en hábitos y costumbres cotidianas.