Los incendios en California, motivados en gran medida por el cambio climático, están enviando a la atmósfera muchos millones de toneladas de dióxido de carbono cuyo efecto será elevar todavía más las temperaturas globales.
Según los cálculos de dos científicos hasta mediados de septiembre el fuego quemó suficientes bosques como para depositar en el aire 90 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, el más importante gas de invernadero. Para dar una idea en perspectiva, eso es unos 30 millones de toneladas más que el total de las emisiones de CO2 de todo el estado de California.
Los devastadores incendios anulan los esfuerzos del estado de combatir el cambio climático. Y además muestra una de las grandes ironías del calentamiento global, que el estado supuestamente líder en la lucha contra el cambio climático está contribuyendo este año mucho más porque la sequía que afecta sus tierras también las hace proclives a incendiarse.
El dióxido de carbono generado por los recientes incendios en California sumó el equivalente a las emisiones totales de gases de invernadero de algunos países, como Chile o Grecia en 2018, según datos del Global Carbon Atlas.
El Estado de California es, desde hace mucho tiempo, un gran defensor de la energía limpia. Syu gobierno exige que todas las casas nuevas se construyan con paneles solares, obliga a las automotrices a vender vehículos eléctricos y ha querellado a la administración Trump más de 100 veces sobre temas ambientales.
El humo que generan los incendios se está aproximando a Europa y bien podría esparcirse por todo el mundo, según observaciones de la Copernicus Atmosphere Monitoring Service, una agencia científica que es parte de la Comisión Europea.
Imágenes satelitales sugieren que los incendios en California, Washington y Oregon han quemado con una intensidad muy por encima del promedio. Los fuegos en Canadá producen un humo que sube a gran altura y llega a Europa una o dos veces al año, pero es raro ver altos niveles de humo de California sobre Europa.
