Los trenes bala japoneses son, probablemente, la forma más puntual que tiene la gente para transportarse. También son la forma más segura lograr 200 millas por hora sin despegar del suelo.
La nueva versión, el tren N700 que recorre ahora la línea Shinkansen entre Tokio y Osaka es también la primera que trate una batería de respaldo para que siga andando aunque ocurriera un desastre natural.
Dado el tamaño de Japón y su proximidad con el Océano Pacífico, la isla sufre con bastante regularidad devastadores desastres naturales, como terremotos, tifones y tsunamis. Esos incidentes son tan comunes que todo el país incluye en su infraestructura factores de preparación para desastres y eso ahora incluye también a sus emblemáticos trenes bala. El N700S Shinkansen (la “S” significa “Supreme”) es la primera gran mejora a la serie N700 en 13 años y en general incluye mejoras destinadas a hacer más confortable el viaje para los pasajeros.
La idea era presentarlo en coincidencia con los Olímpicos de Tokio 2020, pero entró en funcionamiento el primero de julio. El tren correrá a una velocidad máxima de 285km por hora, aunque en las pruebas alcanzó los 360km por hora. Tiene asientos mucho más reclinables que los modelos anteriores, enchufe para cada pasajero y luz especial en los compartimientos superiores que recuerdan al pasaje que retiren sus equipajes antes de desembarcar.
Por fuera es levemente diferente de los modelos que reemplaza y una nariz que lo vuelve más aerodinámico y reduce el ruido que produce externamente al avanzar. La mejora más notable es la incorporación de una batería para que permita que el tren siga avanzando aun cuando un desastre natural corte la electricidad.