jueves, 26 de diciembre de 2024

Vivir con una mascota alarga y mejora la vida

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Los infartados que tienen mascotas viven más, dicen muchos estudios. Incluso mirar un tanque lleno de pececitos sirve para bajar la presión arterial, aunque sea por un rato.

<p>Un estudio realizado entre 92 pacientes hospitalizados en unidades coronarias por cardiopat&iacute;as o infartos card&iacute;acos descubri&oacute; que aquellos que viv&iacute;an con animales de compa&ntilde;&iacute;a ten&iacute;an m&aacute;s probabilidades de vivir un a&ntilde;o m&aacute;s que los dem&aacute;s.</p>
<p>En a&ntilde;os recientes el uso terap&eacute;utico de mascotas como compa&ntilde;&iacute;a ha ganado popularidad para una amplia variedad de pacientes, entre quienes figuran personas con SIDA, c&aacute;ncer o enfermedades mentales. A diferencia de las personas, con quienes nuestras interacciones pueden ser muy complejas e imprevisibles, los animales brindan una constante fuente de tranquilidad y foco de atenci&oacute;n. Sacan nuestros instintos maternales o paternales. Nos hacen sentir saguros y aceptados incondicionalmente y con ellos podemos ser como somos sin temor al rechazo.</p>
<p><strong>Un animal de compa&ntilde;&iacute;a &ldquo;hace bien&rdquo;, alarga y mejora la vida. </strong></p>
<p>Son miles en el mundo los estudios que demuestran los beneficios de esta alianza humano – animal que se vuelve terap&eacute;utica cuando est&aacute; mediada por personal m&eacute;dico y param&eacute;dico experto en adiestrar animales seleccionados en lo que se llama &ldquo;pet therapy&rdquo;, o terapia animal. <br />
Acariciar un perro, un gato, cuidarlos y jugar con ellos regulariza la respiraci&oacute;n, reduce la ansiedad y tranquiliza las palpitaciones. Diversos estudios internacionales evidenciaron que los ancianos que viven con un perro tienen menos problemas de salud y necesitan menos visitas al m&eacute;dico que los que no lo tienen. Entre personas que sufrieron un infarto, un a&ntilde;o despu&eacute;s el porcentaje de sobrevivientes es cuatro veces superior entre los que viven con un perro. Parecer&iacute;a, como demostr&oacute; un grupo de investigadores japoneses de la Azuba University, que la convivencia con una mascota induce la producci&oacute;n de la misma hormona que genera un mimo. Despu&eacute;s de haber jugado una hora y media con el amigo de cuatro patas, los niveles de hormonas aumentar&iacute;an hasta 20%.</p>
<p><strong>Vivir con un perro ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad en los ni&ntilde;os. <br />
</strong><br />
Una investigaci&oacute;n realizada en la Universidad de Deakin (Victoria, Australia) demostr&oacute; que en ni&ntilde;os de 5 a 12 a&ntilde;os la incidencia de obesidad es menor entre los que tienen perro, aunque no lo lleven a pasear regularmente ni jueguen mucho con &eacute;l. Adem&aacute;s, los menores entre 5 y 6 a&ntilde;os con un perro en casa, corren menor riesgo de tener sobrepeso que los que no tienen un animal de compa&ntilde;&iacute;a.</p>
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