<p>Un estudio realizado entre 92 pacientes hospitalizados en unidades coronarias por cardiopatías o infartos cardíacos descubrió que aquellos que vivían con animales de compañía tenían más probabilidades de vivir un año más que los demás.</p>
<p>En años recientes el uso terapéutico de mascotas como compañía ha ganado popularidad para una amplia variedad de pacientes, entre quienes figuran personas con SIDA, cáncer o enfermedades mentales. A diferencia de las personas, con quienes nuestras interacciones pueden ser muy complejas e imprevisibles, los animales brindan una constante fuente de tranquilidad y foco de atención. Sacan nuestros instintos maternales o paternales. Nos hacen sentir saguros y aceptados incondicionalmente y con ellos podemos ser como somos sin temor al rechazo.</p>
<p><strong>Un animal de compañía “hace bien”, alarga y mejora la vida. </strong></p>
<p>Son miles en el mundo los estudios que demuestran los beneficios de esta alianza humano – animal que se vuelve terapéutica cuando está mediada por personal médico y paramédico experto en adiestrar animales seleccionados en lo que se llama “pet therapy”, o terapia animal. <br />
Acariciar un perro, un gato, cuidarlos y jugar con ellos regulariza la respiración, reduce la ansiedad y tranquiliza las palpitaciones. Diversos estudios internacionales evidenciaron que los ancianos que viven con un perro tienen menos problemas de salud y necesitan menos visitas al médico que los que no lo tienen. Entre personas que sufrieron un infarto, un año después el porcentaje de sobrevivientes es cuatro veces superior entre los que viven con un perro. Parecería, como demostró un grupo de investigadores japoneses de la Azuba University, que la convivencia con una mascota induce la producción de la misma hormona que genera un mimo. Después de haber jugado una hora y media con el amigo de cuatro patas, los niveles de hormonas aumentarían hasta 20%.</p>
<p><strong>Vivir con un perro ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad en los niños. <br />
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Una investigación realizada en la Universidad de Deakin (Victoria, Australia) demostró que en niños de 5 a 12 años la incidencia de obesidad es menor entre los que tienen perro, aunque no lo lleven a pasear regularmente ni jueguen mucho con él. Además, los menores entre 5 y 6 años con un perro en casa, corren menor riesgo de tener sobrepeso que los que no tienen un animal de compañía.</p>
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Vivir con una mascota alarga y mejora la vida
Los infartados que tienen mascotas viven más, dicen muchos estudios. Incluso mirar un tanque lleno de pececitos sirve para bajar la presión arterial, aunque sea por un rato.