Una semana de tragos memorables

Muchos desconocen que Argentina tiene una larga tradición en coctelería. Entre las décadas de 1930 y 1960, bartenders como Santiago “Pichín” Policastro, Rodolfo San, Raúl Echenique, Eugenio Gallo, entre otros, lograron que el mundo reconozca a la coctelería nacional. Hoy nuestras barras viven otra vez momentos de gloria y por eso Buenos Aires tiene todas las fichas para decir sin pudor que es la Capital Sudamericana de la Coctelería. Eso pensaron los periodistas especializados en gastronomía y bebidas Martín Auzmendi y Rodolfo Reich y el experto en industria de alimentos y bebidas Agustín Camps cuando decidieron organizar BACóctel (Buenos Aires Cóctel): una semana tributo a las barras porteñas. Tal como sucedió el año pasado, la tercera semana de mayo los mejores bares de la ciudad ofrecerán una carta especial de tragos a valores promocionales; cada día habrá clases para aficionados y eventos en los bares participantes. También habrá una jornada especial para profesionales en la Universidad de Palermo.

Segunda edición cargada de novedades

Pop up. Acciones únicas en lugares que usualmente no poseen coctelería, con bartenders invitados y propuestas originales.

Los recorridos: a pie, guiados por profesionales, uniendo tres bares distintos de forma temática. Cócteles clásicos versionados, sabores exóticos, infusiones, son algunos de los temas que se abordarán.

Sobre BACóctel Mercado habló con uno de sus organizadores, el periodista Rodolfo Reich: “Buenos Aires ya es hoy capital sudamericana de la coctelería. Tiene por un lado la historia a su favor con más de cien años de tradición de bartenders, tragos de autor y escena de bares. Y tiene un gran presente con aperturas de excelentes bares. El paladar también evolucionó: una de las estrellas de la coctelería actual son los aperitivos, con fuerte influencia inmigrante italiana y combinaciones de estas bebidas con otras (como pasa con los grandes tragos clásicos como en el Negroni y en el Manhattan). También hay una apertura a los tragos refrescantes y ligeros, los juleps, los tragos con jugos, los clericots y jarras para compartir, los gin tonics. En esta balanza los licores más dulces y concentrados perdieron peso, mientras que ganan el gin, el ron y los aperitivos. El rito del cóctel no se trata de abrir una botella y beberla. Es reconocer a un bartender que está a cargo, a un bar donde se bebe. Está lejos del estigma de beber como excusa de consumir alcohol. Es disfrutar, conocer las bebidas que componen el cóctel. Beber tragos atraviesa a la sociedad: el vermú del domingo, el encuentro de amigos, el bar, en casa con la pareja. Son múltiples las opciones”.