Siguen buscando el origen de la felicidad
Esta vez es en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, donde un grupo de psicólogos revela que las vivencias tienen más capacidad para hacernos felices que las cosas que compramos.
9 abril, 2010
<p>El grupo liderado por Thomas Gilovich y Travis J. Carter explica que el bienestar que produce una compra está supeditado a nuestra capacidad de adaptación y a la comparación con compras de los demás.</p>
<p>En cambio, la felicidad que nos produce una experiencia es menos vulnerable a comparaciones sociales. Su carácter íntimo y personal las hace más satisfactorias justamente por la dificultad de compararlas con las experiencias de los otros.</p>
<p>Con las adquisiciones materiales, en cambio, siempre se puede tener la sensación – después de hacer la compra – que se podría haber elegido un modelo mejor, o un precio mejor.</p>
<p>Los científicos dicen que sus investigaciones sugieren que la gente emplea más tiempo en pensar sobre las “cosas” que no eligieron que el que dedican a comparar sus experiencias con las de otras personas.</p>
<p>Además mencionan nuestra capacidad de adaptación. “Existen muchas investigaciones sobre el bienestar y la felicidad”, dice Gilovich, “que demuestran que nos adaptamos a la mayoría de las cosas. Por eso, cuando compramos algo, esa adquisición nos hace felices sólo al principio. Muy pronto nos adaptamos a ella y con esa adaptación acaba la felicidad que proporcionaba.”.</p>
<p>En cambio, el otro tipo de gasto – el que dedicamos a proporcionarnos experiencias placenteras, como un viaje, por ejemplo, no está sometido a esta capacidad de adaptación. <br />
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