Llegó la semana de Navidad. Los previsores ya tendrán todo comprado. Los no tanto, saldrán a las apuradas pensando que deberían haber comprado antes para encontrar ofertas y se desesperarán por encontrar algo práctico, ingenioso, útil y no demasiado caro.
Veamos lo que aconseja Ferrer:
No pienses en el momento de entregarlo, piensa en el después
Según un estudio elaborado por la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Indiana, “las personas escogen sus regalos esperando que quien los reciba se sienta lo más feliz posible en el momento del intercambio, pero los destinatarios prefieren obsequios que los hagan felices durante el uso o la propiedad del regalo”.
Según los investigadores, “esta simple dimensión resume prácticamente todos los errores a la hora de dar regalos que se han documentado hasta la fecha”.
Olvídate de los regalos con fecha de caducidad
Nos esforzamos en escoger regalos deseados, caros o que tienen un límite de disfrute (como un ramo de flores o una caja de bombones). Esta opción es la que debemos rechazar si queremos que el efecto de nuestro obsequio se mantenga en el tiempo.
Regala experiencias
Según los investigadores, los mejores regalos son aquellos que implican experiencias. Entradas para un concierto, un viaje o una invitación para tirarse en paracaídas, pueden ser grandes opciones.
No tengas miedo a preguntar
Que las ganas de sorprender no se impongan a la realidad. Los investigadores han descubierto que es mucho mejor regalar algo que la persona ha pedido que cualquier otro regalo muy pensado o muy costoso.
“El problema es que en nuestra cultura hacer eso es un tabú. De alguna manera, parece que al indagar por lo que alguien desea te hace menos considerado. Sin embargo eso no es verdad. Los destinatarios son más felices con los obsequios que pidieron porque son cosas que, en realidad, quieren”.