Hubo años en que las ventas de productos naturales y orgánicos crecían màs que la de los convencionales. Eso ya pasó. Ahora que la gente no sabe si va a poder mantener el poder adquisitivo al que se había acostumbrado, la tendencia de crecimiento se va enfriando.
Cuando la economía va viento en popa, los productos orgánicos (mucho más caros que los demás) tienen amplia popularidad. Pero cuando los tiempos
se ponen difíciles, a los consumidores deja de preocuparles tanto
qué tipo de alimento comió la vaca antes de que la carnearan, o
si las zanahorias fueron cultivadas sin fertilizantes químicos. Lo que más les preocupa es que esos productos cuestan mucho más que los convencionales.
Las ventas de productos orgánicos, que venían creciendo a razón
de 20% al año en años recientes, mostraron un crecimiento mucho
más bajo en los últimos meses, según Nielsen Company, la
firma de investigación de mercado. En las cuatro semanas que terminaron
el 4 de octubre, el volumen de productos orgánicos vendidos en Estados
Unidos subió apenas 4% comparado con el mismo período un año
antes.
“Los orgánicos continúan creciendo y desplazando muchas categorías,”
concluía el informe Nielsen de octubre. “Sin embargo, en las últimas
semanas están mostrando crecimientos menores, en lo que posiblemente signifique
el comienzo de una meseta en el crecimiento del sector.”
Si la desaceleración continúa, podría tener profundas consecuencias
en áreas ajenas al negocio orgánico, cuyo éxito dio origen
a muchos productos con planteos de marketing basados en valores (carne sin hormonas,
pollos criados en libertad,, etc) .Casi todos implican un costo más alto.
Si bien hay, y siempre habrá, un grupo de clientes que considera que los
productos orgánicos – o de producción local – son de primera prioridad y por tanto los seguirán comprando cuesten lo que cuesten, el crecimiento de los últimos años fue impulsado por un grupo
mucho más grande de personas con menor nivel de compromiso. La debilidad
de la economía está instando a muchos de ellos a decidir cuál
de los argumentos de marketing son realmente importantes para ellos.
¿Cuáles productos se van a salvar de la recesión? Probablemente
aquellos orientados a los niños, pues la salud de los hijos es un tema
preocupante para los padres, según Laurie Demeritt, presidente y CEO del
Hartman Group, una firma de investigación de mercado para elsector salud
y bienestar. Pero los productos que carecen de un beneficio tan evidente para
la salud, seguramente sufrirán cierto abandono.
La consultora Information Resources realizó una encuesta entre 1.000 consumidores
en la primera mitad del año y descubrió que casi dos tercios de
los consultados estaban reduciendo casi a la mitad su consumo de productos no
esenciales por ser demasiado caros.
Otros observadores, sin embargo, dicen que todavía no se notan cambios
y que el consumo podría mantenerse estable, o posiblemente mejorar, pues
los consumidores dedican más tiempo a cocinar y menos a comer afuera. “La
gente no se va a ir de vacaciones, no va a cambiar el auto, de modo que tal vez
se dé el lujo de comprar un producto de primera clase”, dice Dary
Goodrich, de Equal Exchange.
Hubo años en que las ventas de productos naturales y orgánicos crecían màs que la de los convencionales. Eso ya pasó. Ahora que la gente no sabe si va a poder mantener el poder adquisitivo al que se había acostumbrado, la tendencia de crecimiento se va enfriando. Cuando la economía va viento en popa, los productos orgánicos (mucho más caros que los demás) tienen amplia popularidad. Pero cuando los tiempos se ponen difíciles, a los consumidores deja de preocuparles tanto qué tipo de alimento comió la vaca antes de que la carnearan, o si las zanahorias fueron cultivadas sin fertilizantes químicos. Lo que más les preocupa es que esos productos cuestan mucho más que los convencionales. <br />
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Las ventas de productos orgánicos, que venían creciendo a razón de 20% al año en años recientes, mostraron un crecimiento mucho más bajo en los últimos meses, según Nielsen Company, la firma de investigación de mercado. En las cuatro semanas que terminaron el 4 de octubre, el volumen de productos orgánicos vendidos en Estados Unidos subió apenas 4% comparado con el mismo período un año antes. <br />
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“Los orgánicos continúan creciendo y desplazando muchas categorías,” concluía el informe Nielsen de octubre. “Sin embargo, en las últimas semanas están mostrando crecimientos menores, en lo que posiblemente signifique el comienzo de una meseta en el crecimiento del sector.” <br />
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Si la desaceleración continúa, podría tener profundas consecuencias en áreas ajenas al negocio orgánico, cuyo éxito dio origen a muchos productos con planteos de marketing basados en valores (carne sin hormonas, pollos criados en libertad,, etc) .Casi todos implican un costo más alto.<br />
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Si bien hay, y siempre habrá, un grupo de clientes que considera que los productos orgánicos – o de producción local – son de primera prioridad y por tanto los seguirán comprando cuesten lo que cuesten, el crecimiento de los últimos años fue impulsado por un grupo mucho más grande de personas con menor nivel de compromiso. La debilidad de la economía está instando a muchos de ellos a decidir cuál de los argumentos de marketing son realmente importantes para ellos. <br />
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¿Cuáles productos se van a salvar de la recesión? Probablemente aquellos orientados a los niños, pues la salud de los hijos es un tema preocupante para los padres, según Laurie Demeritt, presidente y CEO del Hartman Group, una firma de investigación de mercado para elsector salud y bienestar. Pero los productos que carecen de un beneficio tan evidente para la salud, seguramente sufrirán cierto abandono. <br />
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La consultora Information Resources realizó una encuesta entre 1.000 consumidores en la primera mitad del año y descubrió que casi dos tercios de los consultados estaban reduciendo casi a la mitad su consumo de productos no esenciales por ser demasiado caros. <br />
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Otros observadores, sin embargo, dicen que todavía no se notan cambios y que el consumo podría mantenerse estable, o posiblemente mejorar, pues los consumidores dedican más tiempo a cocinar y menos a comer afuera. “La gente no se va a ir de vacaciones, no va a cambiar el auto, de modo que tal vez se dé el lujo de comprar un producto de primera clase”, dice Dary Goodrich, de Equal Exchange.
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