sábado, 7 de diciembre de 2024

Meditación para madres y bebés

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Por el estrés que provocan a veces los berrinches de los chiquitos existen en Inglaterra clases de meditación especialmente diseñados para la relajación de madres e hijos.

<p>Cualquier madre dir&iacute;a, conteniendo la risa, que intentar relajarse y aprender a respirar en compa&ntilde;&iacute;a de un hijo peque&ntilde;o es un ejercicio f&uacute;til. Pero aparentemente las clases de meditaci&oacute;n para madres e hijos hacen furor en Europa donde las mam&aacute;s, desde primerizas asustadas hasta veteranas de la crianza, aprenden a usar herramientas de meditaci&oacute;n para aplicarlas a situaciones cotidianas.</p>
<p>Todas coinciden en que el problema son los berrinches. En casa y en lugares p&uacute;blicos cuando un nene de dos a&ntilde;os empieza a patalear, llorar y gritar es hora de tomar cartas en el asunto. Esta situaci&oacute;n es terriblemente estresante para las madres que, muchas veces, no saben reaccionar positivamente ante estas situaciones. La meditaci&oacute;n ofrece una respuesta a este problema.</p>
<p>Estos cursos generalmente se ofrecen en peque&ntilde;os centros comunitarios donde cualquiera puede inscribirse. De gran influencia budista, estos lugares son espacios amplios y ofrecen colchonetas y almohadones para relajarse. La meditaci&oacute;n no es para los hijos, s&oacute;lo los padres intentar&aacute;n dejar atr&aacute;s el mundo f&iacute;sico para adentrarse en otro m&aacute;s espiritual. Para ellos es hora de jugar y dos profesionales se encargan de cuidarlos y organizarles actividades.</p>
<p>Los ejercicios para padres son de meditaci&oacute;n adicional pero hacen hincapi&eacute; en las situaciones problem&aacute;ticas con las que muchas madres se enfrentan todos los d&iacute;as. El profesor, un budista en t&uacute;nica naranja, ense&ntilde;a que las cosas no se pueden cambiar pero si la actitud que cada persona tiene frente a los problemas. Una actitud positiva hace toda la diferencia. <br />
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Los cursos se dictan semanalmente y, seg&uacute;n testimonios de madres que lo han probado y sobrevivido, funciona. Tanto para ellas como para sus hijos la meditaci&oacute;n compartida ofrece la oportunidad de tomarse unos minutos para desconectarse del estr&eacute;s de todos los d&iacute;as y de aprender a tranquilizarse en presencia del otro, dos cuestiones que, sin duda, ayudan a la salud mental y a la convivencia pacifica de todos.</p>
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