En realidad, el diario resumía –un poco demasiado- un trabajo que figura en el “New England Journal of Medicine” (Boston). De acuerdo con este estudio, la mitad de personas que toman clopidogrel lo hace a instancias de médicos. A su vez, éstos (influidos por visitadores y prospectos de dos laboratorios) suponen que el remedio es más seguro para el estómago. Así señala el autor principal del trabajo, Francis Chan.
Tanto el American Cardiology College como la American Heart Association recomiendan a los pacientes tratados por accidentes cardiovasculares (ACV) con riesgo de úlceras que empleen clopidogrel. Chan sugiere que ambas entidades revisen su posición al respecto: “las normas de teraía deben modificarse. Muchos de quienes toman clopidogrel tendrían que analizar la psibilidad de pasarse a una mezcla de aspirina y esomeprazole. Es más barata y segura”.
El estudio publicado revela que 8,6% de pacientes usuarios de clopidogrel desarrollaron úlcerras sangrantes. Eso afectó a apenas 0,7% de los que tomaban la combinación aspirina-esomeprazole. El diario neoyorquino se pregunta qué espera la Food & Drug Administration para tomar cartas en el asunto.
El grupo francogermano Sanofi-Aventis, un de los fabricantes del específico cuestionado, no quiso responder consultas de medios norteamericanos y canadienses. En cuanto a Bristol-Myers-Squibb (también lo produce), alega que el trabajo “no compara directamente clopidogrel con aspirina. La disminución del riesgo ulceroso podría deberse al esomeprazole”. Oblicuamente, le da la razón a Chan.
En realidad, el diario resumía –un poco demasiado- un trabajo que figura en el “New England Journal of Medicine” (Boston). De acuerdo con este estudio, la mitad de personas que toman clopidogrel lo hace a instancias de médicos. A su vez, éstos (influidos por visitadores y prospectos de dos laboratorios) suponen que el remedio es más seguro para el estómago. Así señala el autor principal del trabajo, Francis Chan.
Tanto el American Cardiology College como la American Heart Association recomiendan a los pacientes tratados por accidentes cardiovasculares (ACV) con riesgo de úlceras que empleen clopidogrel. Chan sugiere que ambas entidades revisen su posición al respecto: “las normas de teraía deben modificarse. Muchos de quienes toman clopidogrel tendrían que analizar la psibilidad de pasarse a una mezcla de aspirina y esomeprazole. Es más barata y segura”.
El estudio publicado revela que 8,6% de pacientes usuarios de clopidogrel desarrollaron úlcerras sangrantes. Eso afectó a apenas 0,7% de los que tomaban la combinación aspirina-esomeprazole. El diario neoyorquino se pregunta qué espera la Food & Drug Administration para tomar cartas en el asunto.
El grupo francogermano Sanofi-Aventis, un de los fabricantes del específico cuestionado, no quiso responder consultas de medios norteamericanos y canadienses. En cuanto a Bristol-Myers-Squibb (también lo produce), alega que el trabajo “no compara directamente clopidogrel con aspirina. La disminución del riesgo ulceroso podría deberse al esomeprazole”. Oblicuamente, le da la razón a Chan.