Los actores griegos y romanos usaban gruesas plataformas de corcho para exagerar su altura cuando representaban a reyes y dioses. En el siglo X los soldados persas adoptaron tacones para mantener sus pies firmes en los estribos y así poder blandir armas más pesadas.
Cuando los tacos llegaron a Europa occidental, se hacían exclusivamente para los hombres, que los usaban para agregar centímetros a su altura, demostrar su poder y literalmente elevarse sobre el barro y la mugre de las calles. El rey Luis XIV de Francia , por ejemplo, que apenas medía 1,62m, se subió a sus tacones rojos (siempre rojos) que lo elevaban 10 centímetros. Más tarde emitió un edicto que prohibía a cualquiera que no perteneciera a la corte usar tacos altos de color rojo.
En 1533 una joven Catalina de Médici de apenas 14 años se puso tacones para impresionar a los franceses. En el siglo 17 las llamadas “mujeres machonas” comenzaron a experimentar con una estética masculina y adoptaron el tacón como algo de moda y audaz. Durante algunas décadas los hombres usaron tacos y prendas que les daban un cierto aspecto andrógino.
Pero eso terminó con el Iluminismo, que impuso la idea que los hombres eran seres racionales y las mujeres, criaturas irracionales y frívolas. “La moda se convirtió a partir de entonces en una manera de expresar esas diferencias”, dice Semmeñlhack. Los tacos altos, por cierto, zapatos incómodos y poco prácticos, se asociaron con la femineidad desde aquel momento hasta hoy.
Dolorosos por diseño
Los tacos empujan el pecho hacia fuera y la cola hacia arriba. Por eso es que a muchos les gusta la apariencia de quien los usa. Pero esa postura forzada suele tener serias consecuencias para la salud. El talón elevado obliga al arco y a la parte delantera del pie a soportar casi todo el peso del cuerpo. Esa precariedad de sostén aumenta el riesgo de caídas y lastimaduras. Usar tacos también puede tener consecuencias más serias con el correr del tiempo. Los investigadores han relacionado el uso regular de tacos con todo tipo de lesiones, desde dolor de espalda, de rodilla y de cadera hasta várices y dedo martillo,
Hoy, algunas compañías buscan inclinar la balanza con tecnología de impresión en 3D. Una startup, True Gault, ofrece una app para iPhone que escanea el pie. Con esos datos, y los de miles de otros pies, la compañía luego fabrica un pie izquierdo y uno derecho, cada uno con dimensiones personalizadas. La idea es crear un zapato perfectamente adaptado al pie, reduciendo pinchazos o dolores. Pero falta saber si puede prevenir lesiones.
¿Los tacos están ya de salida?
Los tacos han sido un artículo de vestir cotidiano durante muchas décadas, pero los que estudian tendencias dicen que se están abandonando, fruto de los continuados esfuerzos por lograr igualdad de género y de una menor tolerancia a la incomodidad física. El surgimiento de la cultura de la zapatilla y la ropa deportiva contribuye a que las mujeres opten por zapatos más “sensatos” y cómodos para los pies.
La pandemia aceleró la tendencia hacia la informalización del vestir. Entre marzo y mayo 2020, las ventas de zapatos de vestir cayeron otro 70% y aun no se han recuperado. “Algunas de nosotras vemos este momento como una oportunidad para hacer cambios que veníamos queriendo hacer”, dice Carolyn Mair, autora de “La psicología de la moda” “Es posible que dejemos de usar tacos altos y ropa al cuerpo. Y, si somos feministas, podríamos ver esto como una oportunidad para reflexionar sobre por qué optamos por usar ese tipo de cosas”.