Ser manipuladas para tratar de parecernos a Barbie no es la única forma de opresión con que las mujeres deben vivir. Tal vez vos no hayas experimentado violencia a manos de un hombre. Tal vez no conozcas la conexión entre violencia e igualdad de sueldo o el derecho a tomar decisiones sobre tu cuerpo. No hay problema. La conexión es tan clara como una mañana después de haber tomado varios tequilas.
La verdad es que la violencia es una forma de mantener el estatus quo del género. Para mantener a los hombres a cargo y a las mujeres subordinadas, para mantenernos controladas, escribe Ariana Crisafulli en Urbanette. Lo hacen para mantener la brecha fabricada en valor humano. Para sostener la explicación de que vos merecés ganar menos dinero por el mismo trabajo. Para sostener las instituciones que creen que no sos más que un recipiente para un bebé. Para sostener las ideas básicas que las mujeres no son iguales y por lo tanto no merecen oportunidades iguales. Incluida la oportunidad de la seguridad.
El problema es enorme y no es igual en todos los casos. Las mujeres en cada país experimentan violencia de diferentes maneras, desde la mutilación genital en partes de Ãfrica, Asia y Medio Oriente (y hasta en algunos países occidentales) hasta violencia doméstica en todos los rincones del mundo.
La forma más extrema de violencia contra la mujer, claro, es el femicidio. La Organización Mundial de la Salud define femicidio como “el asesinato intencional de la mujer porque es una mujer”, pero también menciona que definiciones más amplias incluyen cualquier matanza de mujeres o niñas. La Comisión Guatemalteca de Derechos Humanos lleva la definición más allá y la llama “acto de terrorismo que funciona para definir líneas de género, imponer y reforzar el dominio del macho y dejar a la mujer crónica y profundamente insegura”.
Casi 1 de cada 2 mujeres han experimentado violencia sexual. En Estado Unidos, 1 de cada 5 ha sido violada. 34% de la violencia sexual experimentada en niños corresponde a niñas.
Pero no es solo el asesinato lo que preocupa. La violencia cometida contra mujeres es un problema con muchas caras, muchos niveles y muchos matices por los factores que la rodean que convierten a esa violencia en aceptable. En Estados Unidos, a esto se lo llama cultura de la violación. Cultura de la violación es cuando se culpa a las víctimas mujeres de la violencia y el ataque sexual mientras que la violencia perpetrada por los hombres se normaliza. Uno lo ve en la forma en que las víctimas de la violación son culpadas porque habían bebido, o porque su ropa era “demasiado insinuante”. Se ve en la forma en que la gente bromea de cómo la víctima “se lo estaba buscando”. Se lo ve en la forma en que se permite que los líderes del mundo “ejem, ejem” digan que “agarran a las mujeres por el coño” y se justifiquen diciendo que era “una charla de vestuario”.
Para combatir la desigualdad y la violencia, United Nations Women ha declarado 16 días al año para la toma de conciencia, conocidos como los 16 días de Activismo Contra la Violencia Basada en el Género. La campaña va desde el 25 de noviembre (día de la eliminación de la violencia contra la mujer) hasta el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos). Porque, claro, los derechos de las mujeres son derechos humanos y todo eso.
Todos los países y todas las ciudades estarán proclamando estos 16 días a su manera, de manera que vayan al sitio UN Women, encuentren su ciudad y descubran cómo pueden participar en desparramar la conciencia sobre la violencia contra las mujeres.
La única forma de terminar con esta violencia es cambiar los conceptos que ven a la mujer como inferior al hombre. La violencia contra la mujer por el hombre es a menudo una muestra de dominio, con intención de mantenerla en su lugar. Entonces, cambiar esos conceptos normalizados de inequidad entre hombres y mujeres es la forma más poderosa de eliminar esa violencia.