Esta es otra de las áreas de la actividad que se ve un poco amenazada por la tecnología, que nos permite ahora comunicarnos virtualmente sin movernos del escritorio. Pero se defiende con uñas y dientes porque a los argentisnos nos gusta invitar a clientes, socios o personas que nos interesan para negocios futuros. La tecnología no reemplaza una linda conversación ni y una larga sobremesa mientras se termina la botella de vino. Pero hay detalles que se deben cuidar. Por ejemplo:
No pelear por la cuenta
Si se invitó a un cliente a comer, hay que pagar… siempre. Mejor aún, discretamente se puede pedir la cuenta al mozo o dar la tarjeta desde el comienzo de la comida (antes de que llegue el invitado) para evitar la incomodidad de este momento.
No apostar a lugares que no conocemos
La invitación a un cliente no es el momento adecuado para probar un nuevo restaurante y arriesgarse a que la comida o el servicio no sean buenos. Mejor será elegir un restaurant conocido, donde los mozos nos conozcan y nos atiendan bien. Si lo que queremos es impresionar, lo major e sir a un lugar donde nos saluden por el nombre.
No cancelar ni cambiar horario
Antes de agendar una comida con un cliente hay que revisar cuidadosamente la agenda.Los planes pueden cambiar, pero hacerlo a último momento porque pasamos por alto algún compromiso previo dará idea de falta de responsabilidad.Si lo que pretendemos es impresionar bien, no demos razones para provocarlo contrario.
No ordenar primero
Es recomendable esperar a que el cliente pida primero. Y luego, tratar de pedir algo parecido (por ejemplo, si pide un plato fuerte y vino, hacer lo mismo). También hay que prestar atención a las restricciones dietéticas del cliente.
Buenos modales
Esto es básico. No masticar con la boca abierta, usat la servilleta y nunca abusar del alcohol. En ina comida de negocios lo primero es hablar del negocio. La comida es el element secundario.
No distraerse con el celular
Los emails y mensajes de texto deben esperar. Hay que poner el celular en silencio y dejarlo en el bolsillo o cartera. El cliente o future socio debe tener toda nuestra atención. No hay nada que fastidie más a una persona sentada en un restaurant que esperar a que su compañero de mesa termine de hablar, leer o escribir un mensaje. Y ese fastidio puede hacer naufragar la negociación.