<p>El tesoro de los Windsor se oculta en los subterráneos del castillo de Lancaster. El actual primer ministro David Cameron, dicen los mentideros de palacio, prefiere el “divino Château Petrus 1978”. Su ya lejana antecesora, Margaret Thatcher, trasegaba los Château Margaux 1961. La reina Isabel II, bajo esos sombreros tipo deshollinador, no parece interesarse por <em>grand cru </em>alguno, quizá porque son todos franceses.<br />
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Muchos amantes del vino, mayormente tinto para el caso, quisieran espiar los secretos de Robert Alexander. Por ejemplo, cuál <em>château</em> es el favorito de este hombre, que regentea la bodega real y orienta la política de reservas.<br />
Al correr de los años, el gobierno británico ha mantenido las existencias en alrededor de 40.000 botellas . En general, éstas provienen de regalos, inversiones y compras, clasificadas bajo la égida del <em>master of wine</em>, y catalogadas en un registro en poder de la Cancillería.<br />
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Pero algo está cambiando. Para impedir que la gestión de semejante patrimonio pese sobre los contribuyentes, se realizarán subastas periódicas (Hong Kong fue la primera). No obstante, se buscara mantener en alrededor de 40.000 la cantidad de botellas, en este momento valuadas en unos 3,3 millones de dólares.<br />
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Hongkong: US$ 170.000 por 12 botellas de vino
Claro, se trataba de Château Latour 1961 y, aún así, fue récord. La subasta la efectuó Christies y ¿de dónde provenían las botellas? De la bodega real británica, donde quedan unas 4.000 en una reserva que se justiprecia en tres a cuatro millones de dólares.