En relaciones y matrimonios, las mismas peleas aparecen una y otra vez, ya sea por quién lava los platos o dónde ir a pasar las vacaciones. Estos conflictos persistentes, llamados por los terapeutas ” problemas perpetuos” constituyen el 69% de los asuontos por los que las parejas se pelean, según Michael McNulty especialista en el Chicago Relationship Center.
“Sólo 31% de los problemas maritales son simples y solucionables” dice McNulty. “Los otros tienden a ser recurrentes porque las parejas tienen personalidades diferentes y necesidades fundamentales y experiencias de vida anteriores a la relación”.
El dinero es uno de esos problemas perpetuos que los esposos deberían aprender a conversar, porque será constante en la vida compartida. Porque, además, el dinero está ligado a otros valores, como la confianza y la honestidad.
“Si no hay confianza en cuestiones de dinero, lo más probable es que que no haya confianza en muchas otras cosas. El dinero es básico en una relación, destaca McNulty.
Si bien no hay una solución perfecta que elimine para todos las discusiones sobre dinero, lo más importante es que las parejas comiencen por crear un diálogo continuado y honesto sobre el tema.
Como el dinero es una necesidad básica, explica, las parejas deben asegurarse de coincidir y de hablar sobre hábitos de gastos, sus filosofías sobre el dinero y sus metas financieras.
En cuanto se casan, o idealmente antes, los miembros de la pareja deberían mostrarse todas sus cartas: sus deudas y todo lo demás. A partir de ahí, pueden comenzar a desarollar una estructura que permita conversar continuamente sobre dinero y encontrar solucines que funcionen para la perspectiva de cada uno.
Por encima de todo hace falta comunicación. Aprender a hablar de los problemas perpetuos. No esconderse cosas, ser transparentes y honestos.