Acaba de salir un libro titulado “Dejen a Trtump ser Trump” que fue escrito conjuntamente por quien fuera jefe de su campaña presidencial Corey Lewandowski y por uno de sus asesores David Bossie.
En ese libro cuentan, entre otras cosas, cómo fueron las comidas del candidato durante toda la campaña presidencial. Dicen, por ejemplo, que la organización de las comidas fueron siempre un aspecto tan importante como cualquier otro de los actos de campaña. Al avión que lo trasladaba de un estado a otro no podía faltarle, en el momento justo, los Big Macs de MacDonald’s, pollo frito de Kentycky Fried Chicken, Coca Cola y pizzas además de una buena reserva de papitas fritas, pretzels y Oreos.
Lo notable, también, era la cantidad de comida. El envío que normalmente se pedía aMacDonald’s para alguno de sus almuerzos incluía dos Big Macs, dos Fillet-O-Fish y una malteada de chocolate.
Ya en el salón oval presiona el botón rojo para que su valet le acerque Coca Cola Light, helados o hamburguesas. Su médico particular afirma que está próximo a ser obeso pero que sin embargo goza de excelente salud.