Costa a costa, serios problemas acosan a las aseguradoras médicas

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No es casual que el seguro de salud figuren en campañas prelectorales. Tampoco que varios funcionarios se lancen a actuar contra abusos en la materia. Verbigracia, el fiscal neoyorquino, Andrew Cuomo, le inicia proceso a UnitedHealth Group.

También citó como imputados a Aetna, Cigna y otras catorce aseguradoras, implicadas en investigaciones sobre cómo fijan honorarios inflados a pacientes que recurren a doctores fuera de sus redes. Estas movidas son contra una mala práctica común entre aseguradoras, que suele resultar en cuentas médicas por demás costrosas para muchos pacientes.

Por un lado, las aseguradoras abonan a clínicas y profesionales propios honorarios y facturas negociadas. Por el otro, quienes están fuera de redes perciben montos “razonables o usuales”. Si resulta mucho más bajos que los del otro grupo, médicos y clínicas les cobran la diferencia a los pacientes (existe algo parecido con las obras sociales en Argentina). Los críticos del sistema acusan a las aseguradoras de imponer métodos de facturación proclives a reembolsos bajos.

En el otro extremo del país, Ricardo Delgadillo –fiscal municipal de Los Ángeles-ha armado un equipo de investigadores para poner en evidencia prácticas abusivas. Por ejemplo, limitar o cancelar coberturas cuando un paciente se enferma en serio. Incluso acaba de crear un sitio en internet para recojer información sobre cancelaciones, demoras y privación de medicamientos o terapias.

En el pasado año, las aseguradoras han sido castigadas por una seguidilla de multas y citaciones en California. Estas acciones reflejan la frustración de pacientes. Los mismos que se rebelaron a principios de los años 90 contra organizaciones de salud cuyo objeto era cortar costos restringiendo rígidamente la libertad de elegir médicos o clínicas y disminuyendo las coberturas.

También citó como imputados a Aetna, Cigna y otras catorce aseguradoras, implicadas en investigaciones sobre cómo fijan honorarios inflados a pacientes que recurren a doctores fuera de sus redes. Estas movidas son contra una mala práctica común entre aseguradoras, que suele resultar en cuentas médicas por demás costrosas para muchos pacientes.

Por un lado, las aseguradoras abonan a clínicas y profesionales propios honorarios y facturas negociadas. Por el otro, quienes están fuera de redes perciben montos “razonables o usuales”. Si resulta mucho más bajos que los del otro grupo, médicos y clínicas les cobran la diferencia a los pacientes (existe algo parecido con las obras sociales en Argentina). Los críticos del sistema acusan a las aseguradoras de imponer métodos de facturación proclives a reembolsos bajos.

En el otro extremo del país, Ricardo Delgadillo –fiscal municipal de Los Ángeles-ha armado un equipo de investigadores para poner en evidencia prácticas abusivas. Por ejemplo, limitar o cancelar coberturas cuando un paciente se enferma en serio. Incluso acaba de crear un sitio en internet para recojer información sobre cancelaciones, demoras y privación de medicamientos o terapias.

En el pasado año, las aseguradoras han sido castigadas por una seguidilla de multas y citaciones en California. Estas acciones reflejan la frustración de pacientes. Los mismos que se rebelaron a principios de los años 90 contra organizaciones de salud cuyo objeto era cortar costos restringiendo rígidamente la libertad de elegir médicos o clínicas y disminuyendo las coberturas.

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