La vida es complicada, hacer ejercicios lleva tiempo, necesita ropa especial y un viaje al gimnasio. Sin embargo, hay pruebas concretas de que la actividad física nos protege de muchos problemas, desde la obesidad hasta el Alzheimer. Ahora bien, no necesariamente hay que sufrir para hacer ejercicio físico, sólo algunos pequeños cambios en la vida diaria bastan para estar en mejor forma en pocas semanas.
- Vaya siempre por la escalera. Esto es muy siempre y sin embargo, tan fácil de evitar, estando el ascensor tan a mano o la escalera mecánica. Las excusas son muchas: el día ha sido duro o la bolsa que lleva es pesada. Sin embargo, hay pruebas de que aunque sea cantidades mínimas de ejercicios de resistencia pueden aumentar los niveles de una sustancia llamada GLUT4, que alienta a las calorías ingeridas a alojarse en las células musculares en lugar de convertirse en grasa. Por eso, aunque sea subir unos pocos escalones ayuda mucho.
- Caminar un poco más. Según un estudio de 2012, los participantes que corrieron una milla quemaron 112 calorías, pero aquellos que caminaron una milla quemaron igualmente 88 calorías. Es cierto que correr aumenta el metabolismo más que caminar, pero desp7ués de correr uno está mucho más predispuesto a comer sin pensarlo. Además, para correr hace falta preparación, cambiarse, encontrar una ducha y superar molestias. Caminar es más simple. Bájese del colectivo una parada antes y disfrute del ejercicio sin la necesidad de equipos especiales.
- Estar parado durante más tiempo. El sentarse pone al cuerpo en neutro: constriñe la circulación, desacelera el metabolismo, anula los músculos y tensa los tejidos conectivos. Ni una hora de ejercicios diarios puede hacer mucho para compensar las diez o doce que uno pasa arriba de todo tipo de sillas. La solución es simple: un rato parados. Se queman así 1,36 calorías por minuto y se reduce la probabilidad de enfermedades cardiovasculares.
- Salga a hacer las compras. No compre online. Salga y acarree bolsas con las cosas, aunque sea hasta el auto.
- Siéntese en el suelo para ver televisión. La moderna tecnología de sillones ha avanzado tanto que uno puede permanecer inmóvil durante todo un episodio. En el suelo, en cambio, uno se mueve y mantiene los sistemas vitales en actividad.
- En muchos países no usan sillas, adoptan una posición en cuclillas para sentarse, relajarse o ir al baño. El modo de vida occidental ha descartado esa posición casi completamente, pero habría que practicarla: ayuda la movilidad de la cadera y del tobillo.
- Haga flexiones. La humilde flexión ayuda pecho y brazos, pero si se hace en posición recta, con el cuerpo derecho completamente, trabaja todo el cuerpo. Unas pocas por día bastarán para mejorar el metabolismo.
- Usar una barra. Si puede colgar una barra en algún lugar de su casa, practique levantamientos para fortalecer los músculos de brazos y torso.
- Ayuda a otros. Ayude a un amigo que se muda y tómelo como un día de entrenamiento; lleve un cochecito arriba de la escalera u ofrézcase para hacer las compras a un vecino cuando la otra parte necesita algo. También cuenta como ejercicio.
- Deje de andar por la vida con el mínimo de esfuerzo físico. Lo que ha hecho la sociedad moderna es enseñarnos a ahorrar esfuerzos y evitar la actividad física. Deje de pensar en el ejercicio como algo que requiere un cambio de ropas y precalentamiento. Muévase más y pronto lo verá como natural.