Angela Merkel no es Cristina Kirchner
10 agosto, 2007
No acudió a una lujosa “boutique”, como la candidata presidencial argentina ni la esposa del francés Nicolas Sarkozy. Se conformó con el supermercado cerca de una estación del subte berlinés, Frederickstrasse. Así suelen hacer las reinas de Noruega, Holanda o Dinamarca.
Pero no pudo escaparles a los chasiretes. Uno del “Bild” la fotografió mientras esperaba que la cajera le procesase la tarjeta al cliente anterior. Nada de gastos rumbosos –pan, salchichas, fruta, un par de condimentos- ni tratamiento especial.
Todo ocurrió por casualidad. Un cronista gráfico del diario salía del Reischstag, donde no había encontrado a dirigente alguno debido a las vacaciones estivales. En ese punto, vio a la “Känzlerin” salir de su casa, próxima al parlamento, caminar un corto trecho y entrar en el comercio.
“Tuvo que hacer cola y sólo había dos guardias de seguridad pertenecientes al negocio, explicará luego el cronista. A su vez, el columnista Franz-Josef Wagner recalcará el contraste con Sarkozy, que viaja en yates de dudosos magnates, y Silvio Berlusconi, que “ni siquiera conoce las calles de su ciudad. Merkel es sencilla, como las grandes señoras”.
No acudió a una lujosa “boutique”, como la candidata presidencial argentina ni la esposa del francés Nicolas Sarkozy. Se conformó con el supermercado cerca de una estación del subte berlinés, Frederickstrasse. Así suelen hacer las reinas de Noruega, Holanda o Dinamarca.
Pero no pudo escaparles a los chasiretes. Uno del “Bild” la fotografió mientras esperaba que la cajera le procesase la tarjeta al cliente anterior. Nada de gastos rumbosos –pan, salchichas, fruta, un par de condimentos- ni tratamiento especial.
Todo ocurrió por casualidad. Un cronista gráfico del diario salía del Reischstag, donde no había encontrado a dirigente alguno debido a las vacaciones estivales. En ese punto, vio a la “Känzlerin” salir de su casa, próxima al parlamento, caminar un corto trecho y entrar en el comercio.
“Tuvo que hacer cola y sólo había dos guardias de seguridad pertenecientes al negocio, explicará luego el cronista. A su vez, el columnista Franz-Josef Wagner recalcará el contraste con Sarkozy, que viaja en yates de dudosos magnates, y Silvio Berlusconi, que “ni siquiera conoce las calles de su ciudad. Merkel es sencilla, como las grandes señoras”.