Anasagasti, coctelería con encanto

Una imponente araña, un hogar y portentosos sillones ocupan el salón principal. Desde allí se ve la barra, iluminada, ordenada con meticulosidad y con herramientas y copas elegidas. Anasagasti funciona en una antigua casa de principios de siglo XX, con diferentes ambientes en cada piso: en la planta baja está la barra principal, en el primer piso habrá un restaurante y el segundo funciona otra barra, en un espacio pensado para eventos y clases. Con el bartender y sommelier Matías Granata como beverage manager (antes trabajó Pony Line-Four Seasons, Palacio Duhau y Frank’s, antes de viajar y sumar experiencia diferentes ciudades del mundo), este bar del pasaje Anasagasti, a pocos metros de avenida Santa Fe, es un lugar para visitar y bajar las revoluciones del exterior. La carta ofrece los clásicos, con recetas tradicionales, y una sección de cócteles de autor, que combina productos de estación, bebidas de acuerdo también a la temporada  y presentaciones creativas. Durante este invierno, por ejemplo, ganan protagonismo el whisky, el cognac y el brandy. ¿Qué probar? Conviene conversar con el bartender antes de elegir, ya que sabrá guiar al cliente por los sabores que guste probar. El Condenado Santos, por ejemplo, se sirve luego de pasar por un ahumador artesanal de palo santo (lleva Grant’s, jerez fino, Cynar, Martini Rosso, pomelo) y el Shangai Kid (Jim Beam, miel, limón, menta fresca y lapsang souchong, un té negro chino) sorprende con el , maíz inflado picante que trae como garnish. También hay cócteles en poncheras, para compartir en grupo. La carta de comidas propone acompañar con un tapeo, entre los que hay croquetas, bruschettas, bastones y pinchos (el happy hour ofrece dos cócteles o un cóctel y una tapa por $160). El restaurante abrirá en los próximos meses, mientras que el piso superior ya se encuentra habilitado: durante el verano tendrá techo descubierto, gracias al cerramiento corredizo, y pronto comenzarán los talleres que brindará el propio Granata.