El problema es que la imitación ha sido realizada por un pintor muy pero muy bueno. Tanto como para engañar a los especialistas de la prestigiosa casa de subastas. Eso ha sembrado el pánico entre todos los que trabajan en este sector de que haya otras obras en circulación que no son auténticas sino excelentes imitaciones. Hay, suelto, un falsificador de primera línea.
El escándalo de las falsificaciones comenzó este año con el descubrimiento de que el cuadro “Venus”, una obra fechada en 1531 y atribuido a Lucas Cranach, un artista del Renacimiento. Propiedad del Príncipe de Liechtenstein, fue incautada por las autoridades de Francia mientras había sido prestada a una exposición en Aix-en- Provence por denuncias de falsificación.
Sotheby’s aún no ha sometido a este último cuadro a la prueba de pigmentación, pero sospecha que el falsificador podría ser el mismo. La gran preocupación es que la persona que realiza estas imitaciones podría ser la mejor que se ha encontrado hasta la fecha.