Perspectivas para la cosecha de soja

La cosecha de soja no nos deparará tanta suerte este año. Si bien todavía pensamos que este año será algo mejor que el pasado, la suerte no sería tan favorable como se pronosticaba a finales del 2012. De hecho, en aquel entonces habíamos advertido sobre los riesgos de nuestro escenario base.

12 marzo, 2013

Por Belén Olaiz
Analista de Macroeconomía
Hace algunos meses pronosticábamos un rebote de la economía local para este año fundamentado principalmente en que la suerte nos jugaría más a favor que en 2012. Esto principalmente gracias a dos factores: 1. la recuperación esperada para la economía brasileña tras la pobre performance del año pasado; 2. la expectativa de una cosecha récord para la soja, sumada a precios que se mantendrían en los niveles promedio de 2012.
Si bien todavía pensamos que este año será algo mejor que el pasado, la suerte no sería tan favorable como se pronosticaba originalmente. De hecho, en aquel entonces habíamos advertido sobre los riesgos de nuestro escenario base. Es que al menor rebote esperado para la economía vecina que analizamos recientemente, se suma la falta de lluvias durante el primer mes del año, que ha afectado los rindes de la soja, conduciendo a bajas en las estimaciones para la oleaginosa. 
Según nuestras proyecciones, la producción de soja rondaría los 48 millones de toneladas este año. Con esta cifra, la actual campaña aún es buena -dado que significa una suba de 20% en relación a los 39,9 millones registrados el año pasado-, pero se estará lejos de los 55 millones de toneladas récord que esperábamos hace algunos meses atrás. 
Este cambio en la estimación de la cosecha no es menor, dado que como es bien conocido el resultado de la campaña agrícola impacta en la coyuntura local por varias vías, fundamentalmente tres: 
1. La actividad económica, directamente a través de la producción primaria, e indirectamente por su efecto sobre la industria y algunos servicios asociados. En particular, la menor cosecha de soja se verá traducida en una caída en la molienda, lo que a su vez significará un menor crecimiento para el sector de Alimentos y bebidas. 
2. La restricción externa, impacto que recientemente se vio magnificado dado que el superávit comercial constituye actualmente la única fuente de divisas disponible. En este sentido, la menor cosecha significará un menor ingreso de divisas por exportaciones, tanto de productos primarios como de manufacturas agropecuarias. De manera que el escenario en materia cambiaria no sería tan holgado como se anticipaba previamente. Con esto, asumiendo que el gobierno posee una meta de superávit externo con el resultado de 2012 como piso, los márgenes para un relajamiento significativo de las medidas de restricción del comercio en la segunda parte del año parecen haberse reducido. 
3. Las cuentas del fisco, vía recaudación de retenciones, tanto para el caso del poroto de soja como para sus productos derivados (aceite, harina y biodiesel). 
Además, hay que tener en cuenta que desde 2009 esto afecta no sólo los ingresos del Sector Público Nacional, sino también los de las Provincias, a través del Fondo Solidario de la Soja.
Con todo, el relajamiento de las restricciones externa y fiscal durante 2013 sería más modesto de lo que aguardábamos unos meses atrás, reduciendo los grados de libertad de las autoridades locales para impulsar el crecimiento en este electoral 2013. En este contexto, si bien aún mantenemos nuestro escenario base de 3% de 
crecimiento, los riesgos sobre nuestros pronósticos claramente se inclinan a la baja.

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