Por ejemplo, un joven comprometido con el estudio de medicina que destine media hora diaria a visualizarse como un médico famoso a los 40 es altamente probable que lo logre. A la inversa, si piensa y actúa en forma pesimista, es posible que pase a ser un médico del montón (aun cuando tenga condiciones para destacarse).
Ello se debe, en gran parte, a que las imágenes mentales más fuertes se arraigan en el metaconsciente. Si los pensamientos son negativos, irán configurando neurocircuitos que inevitablemente conducirán a resultados negativos. Por lo tanto, subrayo lo que en la figura siguiente dice la niña, especialmente para los lectores con tendencia a ver el vaso medio vacío:
El mundo está allí y, en condiciones culturales y socioeconómicas similares, lo que cambia es la visión que cada persona tiene sobre la realidad. Los pensamientos actúan como imanes que atraen lo que es compatible con ellos y, consecuentemente, los estados asociados.
Esto quiere decir que tanto los logros como la calidad de vida tienen que ver con la información que predomine en la mente, ya que el cerebro no distingue entre lo real y lo que se construye individualmente.
La doctora Candence Pert, una especialista de la Universidad de Medicina de Georgetown, alertó varias veces sobre este tema luego de demostrar científicamente lo siguiente:
En sus términos: “hay sustancias químicas para el enojo y para la tristeza, para la victimización, para
cada estado emocional. Son las endorfinas, la serotonina, la dopamina, la norepinefrina… Y cada vez
que activamos cierta interpretación o pensamiento, nuestro hipotálamo inmediatamente libera ese
péptido en la corriente sanguínea”.
Estos avances de las neurociencias son de enorme aplicación, ya que ahora se tiene la certeza de que mediante un trabajo sistemático el pensamiento negativo puede desprogramarse, ya que todos los seres humanos tienen la potestad para armar y desarmar sus redes neuronales cambiando la manera de pensar.
Estrategias para automonitorearlo
En el Capítulo 29 de mi libro Cómo funciona tu cerebro (Editorial Planeta) hallarás varias técnicas que te ayudarán a automonitorear tus pensamientos en forma positiva. En este apartado me concentraré en la visualización creativa que, si bien se utiliza desde hace años, ha sido convalidada recientemente por las neurociencias. Precisamente, uno de sus descubrimientos tiene que ver con el poder de las imágenes que el cerebro crea a partir de la información que le suministran las percepciones y los pensamientos.
El cerebro no piensa en palabras sino en imágenes
Comprender esto es fácil realizando un ejercicio sencillo. Si te propongo que pienses en un reloj, no verás mentalmente la palabra reloj sino una imagen sobre éste o relacionado con éste. Lo mismo sucederá si pruebas con otras expresiones que leas, por ejemplo, coche, frutillas, tren. Justamente, una de las razones por las cuales la visualización creativa es efectiva se debe al siguiente hecho que ha sido comprobado por las neurociencias:
- La visualización creativa es una de las técnicas más efectivas para educar el pensamiento. Consiste en focalizar la atención en imágenes mentales relacionadas con las metas visualizando dicho alcance como si fuera real, luego de un proceso autodirigido de relajación.
- Es fundamental evocar las metas con las emociones asociadas y con inputs procedentes de todos los sentidos (aromas, sabores, gustos, etc., durante cada ejercicio).
- El cerebro interpretará dichas metas como reales, condicionando el pensamiento y las acciones hacia su concreción.
Te invito a incorporarla. En el corto plazo, notarás sus extraordinarios resultados.