La empresa anunció en la primera semana de febrero que su decisión de interrumpir la venta de cigarrillos significará una reducción en sus ingresos anuales del orden de los US$ 2.000 millones.
Uno de los primeros en celebrar el anuncio fue el presidente, Barack Obama, un ex fumador quien dejó el hábito en 2011 según su esposa Michelle. CVS “está dando un ejemplo muy fuerte”, dijo el presidente, quien añadió que la decisión de cesar la venta de esos productos ayuda en la campaña del gobierno para reducir las enfermedades y las muertes relacionadas con el tabaquismo. Los locales CVS tienen farmacia,consultorios médicos de atención primaria, y perfumería además de juguetes, golosinas, libros y artículos de limpieza.
Merlo, quien fue noticia en todos los diarios tras el anuncio, tuvo en esto motivos particulares también: “Mi padre fue fumador y murió de cáncer a la edad de 57 años”. Desde octubre la cadena de 7.600 locales no venderán más productos de tabaco.
CVS busca aprovechar la creciente temanda de servicios de salud ahora que muchos millones de estadounidenses cuentan con seguro de salud luego de la firma de la reforma del sistema de salud por parte del presidente Obama.
A medida que más gente necesita atención médica, Estados Unidos afronta escasez de médicos. Allí es donde CVS ve una oportunidad. La compañía proyecta abrir 1.500 miniclínicas en los locales que ofrecen servicios básicos como inmunicación tratamiento de heridas menores y enfermedades crónicas.
