En Buenos Aires, el 29 de diciembre de 2025, Randstad dio a conocer las ocho tendencias que influirán en el mundo laboral argentino durante 2026. El análisis, realizado por expertos en gestión de talento, destaca el impacto de la transformación organizacional, las nuevas demandas sociales y regulatorias, así como la evolución en las expectativas y gestión de equipos.
Andrea Avila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, explicó que el mercado laboral está experimentando una redefinición estructural, en la que las organizaciones deben revisar sus formas de trabajo, atracción y gestión del talento. “De cara al 2026, surge que el mercado laboral está atravesando una redefinición estructural, donde las organizaciones se ven desafiadas a revisar cómo trabajan, cómo atraen al talento, cómo lideran y cómo construyen vínculos con su capital humano”, señaló Avila.
Las tendencias identificadas por Randstad incluyen la revisión de los modelos de liderazgo, con énfasis en la estabilidad y confianza proporcionada por los líderes, y una menor predisposición de las generaciones jóvenes a asumir roles jerárquicos tradicionales. También se observa la transición hacia organizaciones más planas, con menos niveles jerárquicos, lo que implica mayor agilidad en la toma de decisiones y autonomía para los equipos.
El salario emocional adquiere relevancia como parte de la propuesta de valor, ante una coyuntura de limitaciones económicas y escasez de talento, y las empresas fortalecen beneficios no monetarios y oportunidades de desarrollo profesional. Asimismo, se destaca una mayor búsqueda de estabilidad laboral entre los trabajadores, con decisiones de carrera más conservadoras y menor rotación.
La experiencia integral del empleado se amplía, abarcando desde el proceso de selección hasta el offboarding. Surgen jornadas laborales más fragmentadas y flexibles, orientadas a mejorar la productividad y la conciliación entre vida personal y profesional. Las nuevas generaciones replantean el concepto de éxito y carrera laboral, priorizando equilibrio y flexibilidad.
Por último, el avance de la inteligencia artificial plantea desafíos en materia de capacitación y acceso a herramientas, lo que podría profundizar la brecha de habilidades y la escasez de talento.
“Durante 2026, el diferencial ya no estará solo en atraer talento, sino en cómo las organizaciones logren gestionarlo, desarrollarlo y acompañarlo en estructuras cada vez más flexibles, que además están en medio de transformaciones profundas. Las cambiantes expectativas del talento disparan nuevos factores que las empresas tienen que visualizar y entender, para luego trabajar sobre las estructuras, políticas y procesos corporativos que necesariamente tienen que evolucionar para ofrecer ámbitos laborales centrados en las conexiones humanas como eje del verdadero crecimiento”, concluyó Andrea Avila.













