viernes, 27 de diciembre de 2024

Una fusión triple en EE.UU. que busca el dominio de la banda ancha

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Charter Communications anunció que ha llegado a un acuerdo para comprar  Warner Cable. Hace un mes a Comcast las autoridades regulatorias le impidieron hacer exactamente lo mismo por razones antimonopólicas. Pero Charter  compraría Warner Cable y otra más.

El multimillonario del cable y las telecomunicaciones en Estados Unidos, John Malone, dio luz verde a la operación por US$ 56.700 millones, con la cual Charter Communications estaría camino de convertirse en uno de los más grandes proveedores de cable y banda ancha del país.

Charter pagará US$ 195,71 por acción mediante una combinación de efectivo y acciones, con lo cual Time Warner Cable queda valuada en US$ 78.700 millones, según el comunicado de prensa emitido por Charter Communications. Pero si a esa unión se le agrega Bright House, que Charter acordó comprar a principios de este año por más de US$ 10.000 millones, la compañía de cable tendría más capacidad de negociación con los estudios de filmación y las compañías de entretenimiento que brindan contenido a los operadores de cable.

Para los observadores estas operaciones indican algo claro: el núcleo de las compras gira alrededor de la banda ancha. Con la reunión de esos tres grandes jugadores se crearía un jugador nacional poderoso capaz de ofrecer servicios más rápidos para ver videos online o jugar con videojuegos, además de todas las opciones que brinda internet en dispositivos móviles.

 

También ese monstruo podría introducir la televisión nacional por servicio de streaming que convertiría en prescindible a los tradicionales operadores de cable.

¿Y para los consumidores qué significa la fusión de tres gigantes en uno solo con enorme poder de distribución de contenido?

Si se concreta la compra de Time Warner Cable por parte de Charter Communications, y también la de la más pequeña Bright House Networks,  ¿eso será una buena o mala noticia para el público consumidor?

 

Hasta ahora no hay demasiadas pruebas anteriores que demuestren que las compañías más grandes benefician a sus consumidores. En realidad, ocurre lo contrario: suben precios, no brindan buen servicio y tampoco tienen buen servicio al cliente.  Por eso es que la Consumers Union  y su brazo para la defensa del consumidor que las autoridades regulatorias intervengan en el control de las operaciones.

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