Un virus mutante amenaza hoy a 65 bancos europeos

Primero, parecía el segundo ataque del “virus oso” (bugbear), que había castigado más de 150.000 computadoras en 160 países. Pero los expertos hablan de una mutación, la llaman “bugbear B” y ha infectado ya más de 400.000 máquinas.

8 junio, 2003

El virus B amenaza 65 bancos en Europa occidental, especialmente Italia, debido a ciertas características que no tenía el primer virus y significan alto riesgo para redes financieras (las más volátiles del mundo, aun sin virus de por medio). Igual que el “bugbear A”, el B penetra accesos secretos –conocidos como “puertos TCP/IP 1080”- y, además de dar acceso a la posición vulnerada, permite levantar claves, números de tarjeras (crédito, débito), acceso a cajeros automáticos, etc.

En otras palabras, los “virus osos” no son simples maldades de “hackers” –algunos de ellos vinculados al negocio de vender antivirus-, sino una nueva forma de terrorismo financiero. Como es habitual, los sectores afectados restan importancia al problema y, sin querer, operan para los piratas. Con notable prisa, la Associazione Bancaria Italiana salió el sábado a decir que rodos sus sistemas están controlados. Pero no es tan sencillo, porque el B se reenvía a sí mismo por e-mail usando las libretas de direcciones Windows y, aparte, graba en archivos ocultos todo cuanto teclea el usuario de la máquina y el cajero automático invadidos.

Paradójicamente, la nómina de bancos perjudicados o expuestos se mantiene en secreto, de modo que sus clientes –al menos en Italia, Austria y Suiza- no saben a qué atenerse. En el plano técnico, ambos “bugbears” (el primero data de octubre) son “gusanos”, es decir pueden deslizarse automáticamente de red en red, seduciendo vía correo electrónico con promesas de productos o servicios sin cargo, con un objeto concreto: que el usuario haga doble clic. Basta eso para infectarse, pues el gusano aprovecha un punto ciego en la seguridad del navegador Internet Explorer (Microsoft), versiones 5.1 y 5.5, claves para meterse en el “outlook” de e-mail.

Panda Software y Symantec ofrecen ya remiendos (“patches”). Pero a William Gates le preocupa otro aspecto del asunto: Internet Explorer viene siendo blanco de procesos y demandas, por la tendencia a imponerlo y bloquear la competencia de sistemas operativos menos proclives a infectarse. Por ejemplo, el Linux.

El virus B amenaza 65 bancos en Europa occidental, especialmente Italia, debido a ciertas características que no tenía el primer virus y significan alto riesgo para redes financieras (las más volátiles del mundo, aun sin virus de por medio). Igual que el “bugbear A”, el B penetra accesos secretos –conocidos como “puertos TCP/IP 1080”- y, además de dar acceso a la posición vulnerada, permite levantar claves, números de tarjeras (crédito, débito), acceso a cajeros automáticos, etc.

En otras palabras, los “virus osos” no son simples maldades de “hackers” –algunos de ellos vinculados al negocio de vender antivirus-, sino una nueva forma de terrorismo financiero. Como es habitual, los sectores afectados restan importancia al problema y, sin querer, operan para los piratas. Con notable prisa, la Associazione Bancaria Italiana salió el sábado a decir que rodos sus sistemas están controlados. Pero no es tan sencillo, porque el B se reenvía a sí mismo por e-mail usando las libretas de direcciones Windows y, aparte, graba en archivos ocultos todo cuanto teclea el usuario de la máquina y el cajero automático invadidos.

Paradójicamente, la nómina de bancos perjudicados o expuestos se mantiene en secreto, de modo que sus clientes –al menos en Italia, Austria y Suiza- no saben a qué atenerse. En el plano técnico, ambos “bugbears” (el primero data de octubre) son “gusanos”, es decir pueden deslizarse automáticamente de red en red, seduciendo vía correo electrónico con promesas de productos o servicios sin cargo, con un objeto concreto: que el usuario haga doble clic. Basta eso para infectarse, pues el gusano aprovecha un punto ciego en la seguridad del navegador Internet Explorer (Microsoft), versiones 5.1 y 5.5, claves para meterse en el “outlook” de e-mail.

Panda Software y Symantec ofrecen ya remiendos (“patches”). Pero a William Gates le preocupa otro aspecto del asunto: Internet Explorer viene siendo blanco de procesos y demandas, por la tendencia a imponerlo y bloquear la competencia de sistemas operativos menos proclives a infectarse. Por ejemplo, el Linux.

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