Iguales canales se usarán para programar aparatos electrónicos y electrodomésticos a distancia.
Promesas como las anteriores son moneda común en el mundo de Internet de ultravelocidad. Pero, por ahora, no pasan de eso. Aparte de un ingreso más rápido, la banda ancha actual no trae más utilidad que un módem. Al respecto, Richard Rasmus –ejecutivo en America Online- compara la banda ancha de hoy con los primeros días de la electricidad.
“Cuando recién había aparecido la electricidad, cualquier uso que se le daba era también posible con el vapor o la tracción a sangre. Recién cuando la electricidad se extendió por los hogares, los empresarios empezaron a pensar en aplicaciones que funcionasen sólo con ese fluido”.
Un reciente estudio de Nielsen/NetRatings revela que, si bien el uso doméstico de banda ancha ha crecido 67% en 2001 para totalizar 22 millones de hogares, en enero 4/5 todavía se conectaban discando. Esto da la razón a Rasmus.
Además, mucha gente en EE.UU. no accede al servicio porque vive en lugares remotos o en área pobres. Otros no encuentran justificativo para gastar US$ 40 a 50 por mes para no ver mayores beneficios.
“Estamos en un punto donde no aún se han desarrollado aplicaciones suficientes ni existe una cultura que las promueva o marque diferencias”, afirma Marjory Blumenthal, del National Research Council. Por el momento, pues, “sólo segmentos muy específicos, como los juegos con varios participantes, manifiestan clara necesidad de banda ancha. Pero son un mercado muy chico”.
Iguales canales se usarán para programar aparatos electrónicos y electrodomésticos a distancia.
Promesas como las anteriores son moneda común en el mundo de Internet de ultravelocidad. Pero, por ahora, no pasan de eso. Aparte de un ingreso más rápido, la banda ancha actual no trae más utilidad que un módem. Al respecto, Richard Rasmus –ejecutivo en America Online- compara la banda ancha de hoy con los primeros días de la electricidad.
“Cuando recién había aparecido la electricidad, cualquier uso que se le daba era también posible con el vapor o la tracción a sangre. Recién cuando la electricidad se extendió por los hogares, los empresarios empezaron a pensar en aplicaciones que funcionasen sólo con ese fluido”.
Un reciente estudio de Nielsen/NetRatings revela que, si bien el uso doméstico de banda ancha ha crecido 67% en 2001 para totalizar 22 millones de hogares, en enero 4/5 todavía se conectaban discando. Esto da la razón a Rasmus.
Además, mucha gente en EE.UU. no accede al servicio porque vive en lugares remotos o en área pobres. Otros no encuentran justificativo para gastar US$ 40 a 50 por mes para no ver mayores beneficios.
“Estamos en un punto donde no aún se han desarrollado aplicaciones suficientes ni existe una cultura que las promueva o marque diferencias”, afirma Marjory Blumenthal, del National Research Council. Por el momento, pues, “sólo segmentos muy específicos, como los juegos con varios participantes, manifiestan clara necesidad de banda ancha. Pero son un mercado muy chico”.