Tendencia: dispositivos de vigilancia

Algunos nuevos dispositivos de alta tecnología apuntan a proteger la propiedad privada, otros facilitan la tarea de quienes quieren controlar la vida privada y profesional de otras personas.

24 octubre, 2000

Las nuevas tecnología plantean cuestiones problemáticas sobre los derechos civiles y éticos.

Dentro de esta tendencia, ha surgido por ejemplo un nuevo programa de software para computadoras que funciona como detector de mentiras.

El Truster se coloca en una computadora conectada a una línea telefónica y examina los patrones vocales de la persona que llama.

Este detector forma parte de un conjunto de productos nuevos que salen al mercado para que particulares, empresas y gobiernos se inmiscuyan cada vez más en los hábitos de la gente común.

Entre los nuevos aparatos existen equipos caseros que analizan el cabello de las personas para determinar el uso de drogas.

Otros permiten a los empleadores controlar la navegación por Internet, el tipeo en la computadora y los movimientos en la oficina.

Por otro lado, la biometría es la ciencia que utiliza escáners para identificar personas. Estos escáners graban, digitalizan y almacenan características físicas únicas.

Las nuevas herramientas de esta ciencia escanean el contorno de la cara y el iris del ojo, sin el consentimiento de la persona.

En el sector privado, varios casinos de Las Vegas y Canadá utilizan esta tecnología para avisar al servicio de seguridad cuando ingresa un tramposo conocido.

Actualmente, el ejército de los Estados Unidos instala sistemas de seguridad que identifican partes corporales, características de la voz e incluso olores del cuerpo a fin de combatir los crecientes ataques de hackers en las computadoras y otras temidas infiltraciones.

Los defensores de la biometría declaran que tomar la imagen digital de una persona no es invadir la privacidad porque los datos que se almacenan son una representación numérica del individuo, no una foto real.

Señalan que no es posible construir una fotografía porque no hay suficiente información como para armarla. Además, agregan que las únicas personas que se pueden identificar son aquellas que han sido escaneadas previamente y por eso, sólo resulta una amenaza para criminales o sospechosos.

Los opositores afirman que esta tecnología es insidiosa y que, además, tiene un gran potencial de desarrollo en cuanto a la invasión de la privacidad si no se dispone una intervención reguladora.
El debate avanzará a medida que se perfeccione y propague esta tecnología, a raíz del enfrentamiento entre protectores de la libertad civil y defensores de la tecnología de vigilancia.

Las nuevas tecnología plantean cuestiones problemáticas sobre los derechos civiles y éticos.

Dentro de esta tendencia, ha surgido por ejemplo un nuevo programa de software para computadoras que funciona como detector de mentiras.

El Truster se coloca en una computadora conectada a una línea telefónica y examina los patrones vocales de la persona que llama.

Este detector forma parte de un conjunto de productos nuevos que salen al mercado para que particulares, empresas y gobiernos se inmiscuyan cada vez más en los hábitos de la gente común.

Entre los nuevos aparatos existen equipos caseros que analizan el cabello de las personas para determinar el uso de drogas.

Otros permiten a los empleadores controlar la navegación por Internet, el tipeo en la computadora y los movimientos en la oficina.

Por otro lado, la biometría es la ciencia que utiliza escáners para identificar personas. Estos escáners graban, digitalizan y almacenan características físicas únicas.

Las nuevas herramientas de esta ciencia escanean el contorno de la cara y el iris del ojo, sin el consentimiento de la persona.

En el sector privado, varios casinos de Las Vegas y Canadá utilizan esta tecnología para avisar al servicio de seguridad cuando ingresa un tramposo conocido.

Actualmente, el ejército de los Estados Unidos instala sistemas de seguridad que identifican partes corporales, características de la voz e incluso olores del cuerpo a fin de combatir los crecientes ataques de hackers en las computadoras y otras temidas infiltraciones.

Los defensores de la biometría declaran que tomar la imagen digital de una persona no es invadir la privacidad porque los datos que se almacenan son una representación numérica del individuo, no una foto real.

Señalan que no es posible construir una fotografía porque no hay suficiente información como para armarla. Además, agregan que las únicas personas que se pueden identificar son aquellas que han sido escaneadas previamente y por eso, sólo resulta una amenaza para criminales o sospechosos.

Los opositores afirman que esta tecnología es insidiosa y que, además, tiene un gran potencial de desarrollo en cuanto a la invasión de la privacidad si no se dispone una intervención reguladora.
El debate avanzará a medida que se perfeccione y propague esta tecnología, a raíz del enfrentamiento entre protectores de la libertad civil y defensores de la tecnología de vigilancia.

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