Amén del monto en sí –preocupante para la firma ibérica-, la decisión puede iniciar una ola de depreciaciones contables o desistimientos por alrededor de US$ 100.000 millones en la Unión Europea y países contiguos.
Competidores como France Télécom, Deutsche Telekom, Royal KPN, NTL, Vivendi, etc., ha sufrido pérdidas récord en 2001. En particular, las derivadas de depreciaciones que involucran redes de fibra óptica y activos inalámbricos.
A su vez, esto repercute negativamente sobre las fabricantes de teléfonos manuales (Ericsson, Nokia) y acaba de posponed varios planes para lanzar dispositivos inteligentes múltiples (o sea, la III generación.
Las telefónicas europeas, por otra parte, se habían endeudado por alrededor de US$ 300.000 millones durante 2000. Precisamente, para compras o ampliar ese tipo de activos. Pero los consumidores se han mostrado renuentes a comprar dispositivos que, se suponía, implicaban acceso a la Web y aplicaciones interactivas (música, imagen, TV, PC, etc.) “Los costos del fracaso pesarán sobre utilidades, fondos de comercio, patrimonio de las empresas y los bancos acreedores durante veinte años”, pronostica un informe de Smith & Williamson Investment Management (Londres).
Amén del monto en sí –preocupante para la firma ibérica-, la decisión puede iniciar una ola de depreciaciones contables o desistimientos por alrededor de US$ 100.000 millones en la Unión Europea y países contiguos.
Competidores como France Télécom, Deutsche Telekom, Royal KPN, NTL, Vivendi, etc., ha sufrido pérdidas récord en 2001. En particular, las derivadas de depreciaciones que involucran redes de fibra óptica y activos inalámbricos.
A su vez, esto repercute negativamente sobre las fabricantes de teléfonos manuales (Ericsson, Nokia) y acaba de posponed varios planes para lanzar dispositivos inteligentes múltiples (o sea, la III generación.
Las telefónicas europeas, por otra parte, se habían endeudado por alrededor de US$ 300.000 millones durante 2000. Precisamente, para compras o ampliar ese tipo de activos. Pero los consumidores se han mostrado renuentes a comprar dispositivos que, se suponía, implicaban acceso a la Web y aplicaciones interactivas (música, imagen, TV, PC, etc.) “Los costos del fracaso pesarán sobre utilidades, fondos de comercio, patrimonio de las empresas y los bancos acreedores durante veinte años”, pronostica un informe de Smith & Williamson Investment Management (Londres).