Surgen nuevos negocios en música por Internet

KaZaA, un servicio de intercambio musical por la Red, está por asociarse a uno de los mayores proveedores de acceso en la Unión Europea. Lo malo es que este tipo de negocios irrita a las compañías grabadoras, que no pasan por un buen momento.

15 octubre, 2002

Según el futuro trato, el propietario de KaZaA, Sharman Netwroks,
publicitará entre sus decenas de millones de usuarios europeos el acceso
ultrarrápido -banda ancha- de Tiscali, máximo proveedor
italiano en la materia. A cambio, Tiscali (tiene siete millones de clientes
en quince países) pagará un "incentivo" por cada usuario
de KaZaA que se abone a sus servicios en Internet.

Es el primer acuerdo de este tipo y, a primera vista, le significa a KaZaA
un aliado operativo o jurídico en la batalla que las grabadoras sostienen
contra el intercambio de música "entre pares". Napster,
pionero y modelo de este segmento, cayó ante el poder de las grabadoras
sobre los jueces en Estados Unidos. El argumento básico de estas empresas
es que las redes de intercambio gratuito movilizan miles de millones de archivos
musicales y hacen caer las ventas.

Números incómodos

Los números hacen que las grabadoras sigan presionando. Durante la primera
mitad del año, la venta mundial de música en soportes convencionales
bajó 9,2%, según la International Federation of Recording Industries.
Curiosamente, sólo en el octavo mercado por volumen (Méjico, -15%)
puede asociarse el retroceso con el intercambio por Internet. En otras plazas
-por ejemplo, Argentina, donde la caída fue 76% en dólares- hubo
motivos muy diferentes.

El acuerdo KaZaA-Tiscali subraya los intereses comunes entre proveedores
de acceso ultrarrápido a Internet y medios virtuales que transportan
contenidos. Desde hace tiempo, los proveedores sostienen que, para reclutar
abonados a banda ancha (más cara), es preciso ofrecerles contenidos -cine,
música- que toman demasiado tiempo para bajar de las redes convencionales.

Mario Mariani, vicepresidente primero de Tiscali, no cree que KaZaA
promueva piratería. Espera que ese servicio y sus similares presionen
sobre las grabadoras y las lleven a buscar nuevos sistemas de distribución
que incluyan intercambios entre pares. De hecho, está surgiendo un mercado
legal de música. Vía sus sitios en todos los socios de la UE,
Tiscali ofrece material de las principales grabadoras mediante su servicio
OD2.

¿Quién es responsable?

Criticadas por su retraso tecnológico, las grabadoras son incapaces
de emular a KaZaA y otros, que permiten intercambiar archivos musicales
gratis mediante las PC. En el fondo, como decía Napster, "parte
del problema reside en la gestión de las compañías y los
altísimos cachets que se pagan a artistas a menudo efímeros".

Entretanto, la Recording Industry Association of America ha radicado
una demanda contra KaZaA en su corte favorita, el juzgado federal de
Los Ángeles. Ahí fue donde liquidaron el gato de Napster.
Sólo hay una diferencia entre el predecesor y sus émulos: KaZaA,
Morpheus y similares almacenan archivos en sus servidores, pero éstos
tienen un papel mucho menos activo. Específicamente, su software busca
en cada red a los usuarios con máquinas más potentes y arma centros
grupales.

Como antes Napster, KaZaA sostiene hoy que no puede controlar
cómo se usa el servicio ni impedir que la gente intercambie archivos
sin permiso de quienes tienen los derechos. Hace algunos meses, una cámara
de apelación holandesa aceptó el argumento: la responsabilidad
es del usuario, no del servicio. Por el contrario, la justicia norteamericana
sacraliza patentes y derechos intelectuales a un extremo no habitual en la Unión
Europea, la Comunidad e Estados Independientes o, en general, los países
emergentes y periféricos.

Según el futuro trato, el propietario de KaZaA, Sharman Netwroks,
publicitará entre sus decenas de millones de usuarios europeos el acceso
ultrarrápido -banda ancha- de Tiscali, máximo proveedor
italiano en la materia. A cambio, Tiscali (tiene siete millones de clientes
en quince países) pagará un "incentivo" por cada usuario
de KaZaA que se abone a sus servicios en Internet.

Es el primer acuerdo de este tipo y, a primera vista, le significa a KaZaA
un aliado operativo o jurídico en la batalla que las grabadoras sostienen
contra el intercambio de música "entre pares". Napster,
pionero y modelo de este segmento, cayó ante el poder de las grabadoras
sobre los jueces en Estados Unidos. El argumento básico de estas empresas
es que las redes de intercambio gratuito movilizan miles de millones de archivos
musicales y hacen caer las ventas.

Números incómodos

Los números hacen que las grabadoras sigan presionando. Durante la primera
mitad del año, la venta mundial de música en soportes convencionales
bajó 9,2%, según la International Federation of Recording Industries.
Curiosamente, sólo en el octavo mercado por volumen (Méjico, -15%)
puede asociarse el retroceso con el intercambio por Internet. En otras plazas
-por ejemplo, Argentina, donde la caída fue 76% en dólares- hubo
motivos muy diferentes.

El acuerdo KaZaA-Tiscali subraya los intereses comunes entre proveedores
de acceso ultrarrápido a Internet y medios virtuales que transportan
contenidos. Desde hace tiempo, los proveedores sostienen que, para reclutar
abonados a banda ancha (más cara), es preciso ofrecerles contenidos -cine,
música- que toman demasiado tiempo para bajar de las redes convencionales.

Mario Mariani, vicepresidente primero de Tiscali, no cree que KaZaA
promueva piratería. Espera que ese servicio y sus similares presionen
sobre las grabadoras y las lleven a buscar nuevos sistemas de distribución
que incluyan intercambios entre pares. De hecho, está surgiendo un mercado
legal de música. Vía sus sitios en todos los socios de la UE,
Tiscali ofrece material de las principales grabadoras mediante su servicio
OD2.

¿Quién es responsable?

Criticadas por su retraso tecnológico, las grabadoras son incapaces
de emular a KaZaA y otros, que permiten intercambiar archivos musicales
gratis mediante las PC. En el fondo, como decía Napster, "parte
del problema reside en la gestión de las compañías y los
altísimos cachets que se pagan a artistas a menudo efímeros".

Entretanto, la Recording Industry Association of America ha radicado
una demanda contra KaZaA en su corte favorita, el juzgado federal de
Los Ángeles. Ahí fue donde liquidaron el gato de Napster.
Sólo hay una diferencia entre el predecesor y sus émulos: KaZaA,
Morpheus y similares almacenan archivos en sus servidores, pero éstos
tienen un papel mucho menos activo. Específicamente, su software busca
en cada red a los usuarios con máquinas más potentes y arma centros
grupales.

Como antes Napster, KaZaA sostiene hoy que no puede controlar
cómo se usa el servicio ni impedir que la gente intercambie archivos
sin permiso de quienes tienen los derechos. Hace algunos meses, una cámara
de apelación holandesa aceptó el argumento: la responsabilidad
es del usuario, no del servicio. Por el contrario, la justicia norteamericana
sacraliza patentes y derechos intelectuales a un extremo no habitual en la Unión
Europea, la Comunidad e Estados Independientes o, en general, los países
emergentes y periféricos.

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