Las farmacias en el futuro

Mientras el debate sobre el sistema de salud en Estados Unidos sigue sorteando todo tipo de inconvenientes, la farmacia podría convertirse en un actor capaz de generar cambios, beneficios y ahorros para todos. En realidad, está en condiciones de contribuir a lograr dos grandes objetivos: ampliar el acceso a tratamientos y controlar costos.

8 julio, 2011

<p>En Estados Unidos hay farmacias, especialmente las operadas por grandes empresas cotizantes como Walgreens, CVS o Walmart &ndash;que ya est&aacute;n yendo un poco m&aacute;s all&aacute; de su rol tradicional de vender pastillas para ocuparse de satisfacer nuevas demandas de los pacientes. La gente, mucho m&aacute;s consciente que antes sobre la conveniencia de cuidar la salud, va a la farmacia a buscar consejo y todos los ahorros posibles. Walmart, por ejemplo, tiene un programa mediante el cual vende a US$ 4 provisi&oacute;n para un mes de remedios con receta o de venta libre. El efecto inmediato de esa acci&oacute;n es que muchas otras cadenas de farmacias corrieron a ofrece programas semejantes. <br />
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El otro gran cambio que ya comienza a observarse es la inauguraci&oacute;n de cl&iacute;nicas in-store, donde implementan programas de bienestar, realizan chequeos rutinarios y brindan servicios para el manejo de enfermedades cr&oacute;nicas. Hay varios programas tipo piloto, en los cuales asesoran gratuitamente y generan as&iacute;, sustanciales ahorros para el sistema nacional de salud. <br />
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Nadie ignora ni cuestiona que las farmacias podr&iacute;an jugar un papel todav&iacute;a m&aacute;s importante en lo que hace a ofrecer servicios sanitarios b&aacute;sicos, con la ventaja de la conveniencia para el paciente y tambi&eacute;n del bajo costo. Sin embargo, para llegar a desplegar todo su potencial en este terreno y aliviar en algo la actual crisis sanitaria, las farmacias tendr&aacute;n que superar unas cuantas limitaciones. Algunas son impuestas por los organismos reguladores, como cu&aacute;les servicios pueden brindar y cu&aacute;les no. Otras son autoimpuestas y se proponen conciliar los intereses de aseguradoras y m&eacute;dicos. Con todos los cambios que va a traer la reforma actual, todo eso podr&iacute;a cambiar y, tal vez, resultar en nuevas oportunidades para que las farmacias se conviertan en socios clave del sistema nacional de salud.</p>
<p><strong>Ventajas y limitaciones</strong><br />
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La farmacia ofrece cuatro ventajas significativas:</p>
<p>1- Confianza. La gente tiene m&aacute;s contacto con su farmac&eacute;utico/a que con cualquier otro profesional de la salud y, por lo general, tiene muy en cuenta sus consejos. En una encuesta de Booz &amp; Company realizada en 2007 los farmac&eacute;uticos salieron primeros en confianza de la gente que busca obtener informaci&oacute;n sobre medicamentos, muy por delante de los m&eacute;dicos. <br />
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2- Acceso f&aacute;cil. La farmacia siempre est&aacute; cerca y siempre hay alguna abierta cuando surge una necesidad. <br />
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3- Habilidades y servicios. Los profesionales farmac&eacute;uticos est&aacute;n muy bien capacitados, conocen muchas enfermedades y est&aacute;n en condiciones de asesorar y hasta diagnosticar. Muchas farmacias ya tienen habilitada una cl&iacute;nica con enfermera o enfermero diplomados que pueden dar primeros auxilios y en algunos casos hasta recetar. <br />
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4- Costo. Como operan en un ambiente de negocios altamente competitivo ya est&aacute;n tomando medidas para que no suban los medicamentos recetados promocionando los gen&eacute;ricos. Esas cl&iacute;nicas en farmacia podr&iacute;an dar, para la misma enfermedad, tratamiento m&aacute;s barato que los consultorios m&eacute;dicos. Vacunan gratis cuando los m&eacute;dicos protestan por el monto de los reembolsos.</p>
<p>Pero junto a esas ventajas est&aacute;n las limitaciones. Una de ellas es la regulaci&oacute;n, que regla el tipo de servicio que pueden brindar las farmacias y sus cl&iacute;nicas incorporadas. El motivo hist&oacute;rico es la preocupaci&oacute;n por la seguridad del paciente, pero adem&aacute;s est&aacute; el inter&eacute;s de los grupos m&eacute;dicos que presionan para eliminar esa competencia. <br />
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Otras limitaciones son estructurales. Por ejemplo, como en Estados Unidos a los proveedores de salud se les reembolsa por n&uacute;mero de visitas y no por resultados, m&eacute;dicos y hospitales tratan de limitar la participaci&oacute;n de las farmacias, que obviamente les quitan clientes. <br />
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Otro impedimento para que las farmacias se integren m&aacute;s &iacute;ntimamente al sistema nacional de salud ha sido hasta ahora el tecnol&oacute;gico. Todav&iacute;a no est&aacute; implementado a escala nacional el sistema de la historia cl&iacute;nica electr&oacute;nica, con lo cual todas las farmacias podr&iacute;an tener acceso a los datos del paciente a tratar. Los sistemas de cada una son independientes y casi siempre brindan informaci&oacute;n parcial sobre el paciente. Sin un registro cl&iacute;nico completo y una interfaz m&eacute;dica, el farmac&eacute;utico est&aacute; limitado a su habilidad para asesorar o derivar bien al paciente. <br />
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Finalmente, algunas de las limitaciones son autoimpuestas. Las empresas farmac&eacute;uticas se han mostrado renuentes a expandir su gama de servicios por temor a molestar a los m&eacute;dicos, los &uacute;nicos que hasta ahora redactan las recetas. Otros son problemas t&iacute;picos de su propio crecimiento, pues la farmacia tradicional es ahora un punto de venta y de atenci&oacute;n, con nueva tecnolog&iacute;a, nuevas instalaciones, nuevo personal y nuevos problemas. &nbsp;<br />
Si luego de toda esta revoluci&oacute;n en el sistema se logra imponer el pago por desempe&ntilde;o a los proveedores, tal vez m&eacute;dicos y hospitales encuentren sentido de colaborar con las farmacias para mejorar las tasas de cumplimiento con los tratamientos.</p>
<p><strong>Estrategias para las farmacias</strong><br />
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Mirando hacia el futuro, las farmacias van a tener que elegir entre dos estrategias. Una es convertirse en centros minoristas de salud dedicados a la atenci&oacute;n de individuos sanos y en riesgo para brindarles, por ejemplo, asesoramiento, evaluaciones de riesgo, programas para dejar de fumar y control de factores de riesgo. Esta funci&oacute;n de mantenimiento de la salud podr&iacute;a ser ejecutada en sociedad con empleadores y organismos estatales que manejan la salud de grandes poblaciones. Este m&eacute;todo podr&iacute;a tambi&eacute;n ampliarse a asesoramiento en nutrici&oacute;n, control de peso, bienestar, productos y servicios de belleza. Las empresas de productos para el consumo podr&iacute;an asociarse a las farmacias para brindar fuertes proposiciones de valor en esta &aacute;rea.<br />
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El segundo m&eacute;todo es dedicarse a vigilar el cumplimiento de enfermedades cr&oacute;nicas. Esta es una poblaci&oacute;n en constante crecimiento pues cada vez m&aacute;s personas se ven obligadas a atender m&uacute;ltiples enfermedades cr&oacute;nicas. La farmacia, una vez m&aacute;s, est&aacute; bien posicionada para ocuparse de este tema, al brindar interacci&oacute;n cara a cara. Su intervenci&oacute;n podr&iacute;a, en muchos casos, contribuir a impedir que las enfermedades se agraven. <br />
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Esto &uacute;ltimo tiene una importancia fundamental. La diabetes &ndash;una enfermedad cr&oacute;nica debilitadora con un costo anual para la econom&iacute;a de US$ 174.000 millones&ndash; tiene una tasa de cumplimiento con el tratamiento de menos de 50%. Mejorar eso beneficiar&iacute;a a todos: pacientes, pagadores, farmacias y fabricantes de medicamentos. Los pacientes recibir&iacute;an una mejor atenci&oacute;n, m&aacute;s consistente y ayuda para no dejar los medicamentos. Llegar a los pacientes con asesoramiento, administraci&oacute;n de la enfermedad y programas de cumplimiento podr&iacute;a generar a la farmacia mayor participaci&oacute;n en el mercado y retenci&oacute;n de clientes.<br />
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Una vez decidido el segmento de paciente que va a atender, la farmacia deber&iacute;a decidir&nbsp; hasta d&oacute;nde quiere integrarse al sistema sanitario. En Estados Unidos se perfilan para esto dos modelos para elegir.<br />
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El primero es crear una red paralela en la que las farmacias formar&iacute;an una red de centros minoristas que ofrecen productos y servicios, atendiendo m&aacute;s r&aacute;pidamente y a menor costo. Esta red ser&iacute;a independiente del sistema tradicional de salud, que descansa en el sistema convencional de receta, pero buscando reemplazarlo en la atenci&oacute;n de un subgrupo de pacientes con pocas necesidades sanitarias. <br />
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El segundo modelo no opera en paralelo sino que es m&aacute;s integrado al sistema existente. De aqu&iacute; podr&iacute;a surgir, con un adecuado apoyo m&eacute;dico, una red h&iacute;brida que brinde despachos minoristas a los grandes sistemas de salud. En este papel, las farmacias podr&iacute;an cumplir con una funci&oacute;n triple: ofrecer atenci&oacute;n b&aacute;sica a algunos y referir el resto a sus especialistas o m&eacute;dicos cl&iacute;nicas. Gracias a la futura implementaci&oacute;n de historia cl&iacute;nica electr&oacute;nica, el proceso implicar&iacute;a ventajas para todos los actores: los pacientes encuentran atenci&oacute;n conveniente y a bajo costo; las farmacias generan tr&aacute;fico para los m&eacute;dicos a trav&eacute;s de derivaciones y los sistemas de salud generan tr&aacute;fico para las farmacias al enviar a los pacientes a los servicios de emergencia.</p>

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